Cuando parecía que reiteradas declaraciones del presidente argentino, Javier Milei, y de su canciller, Diana Mondino, habían enfriado definitivamente la relación entre Argentina y China, la confirmación de que el gigante asiático aceptó renovar el swap de monedas por 5.000 millones de dólares indica una posible reactivación de un vínculo vital para la economía argentina. A eso se suma la posibilidad creciente de que el propio Milei visite China en julio, con una entrevista con el mandatario chino, Xi Jinping, como punto central de la agenda.
«Renovado swap», escribió Mondino en su cuenta de X, en una escueta comunicación que acompañó con las banderas de Argentina y China y manos estrechadas. Horas más tarde, un diario argentino reveló que Milei viajará a Pekín para la reunión con Xi, en un encuentro que, según añadieron otros medios del país sudamericano, podría concretarse el 4 de julio.
«El que revisó y fue cambiando su postura fue Argentina y no China, que siempre se mantuvo a la expectativa. No renovar el swap era más un problema para Argentina que para China pero si Argentina se complicaba en términos económicos no iba a ser bueno para nadie», explica el experto argentino en negocios internacionales Marcelo Robba.
El especialista, integrante del Grupo de Estudio sobre China de la Universidad de Rosario (GeChina), consideró que el país asiático «nunca tuvo una postura rígida» con respecto a Argentina, incluso a pesar del «giro que tomó» el Gobierno de Milei, que llegó a asegurar que «no negociaría con comunistas».
Para Robba, China siempre estuvo dispuesta a negociar la renovación del swap con Argentina porque en esa operación también prevalecen sus intereses comerciales. «Hay que recordar que el swap no solo buscaba fortalecer las reservas de Argentina, sino que originalmente era una forma de facilitar el comercio entre los países«, apuntó Robba, en relación a la solución encontrada entre ambos para la escasez de divisas que dificultada a Argentina pagar sus importaciones desde China.
Al respecto, recordó que Argentina sigue siendo una plaza atractiva para China por la posibilidad de abastecer a China de «alimento y energía», dos elementos cruciales en la estrategia de seguridad de Pekín. «Pocos países pueden solucionarle a China las necesidades en esos dos flancos como Argentina», explicó.
Además, el país sudamericano comenzó a verse presionado para buscar la renovación del swap por el propio Fondo Monetario Internacional (FMI), que de acuerdo a la agencia Bloomberg consideraba necesario que Argentina reprogramara el pago de los 5.000 millones de dólares para más adelante. Robba consideró que el Gobierno de Milei intentará mostrar esta renovación del swap como otro de sus logros ante el FMI, en el marco de su búsqueda de fondos frescos.
Pero, más allá de la herramienta financiera del swap, el convenio confirmado por la canciller Mondino se vuelve importante como «la señal de un acuerdo que hasta ahora no se había visto» entre la Argentina de Milei y China. «Hubo un entendimiento entre ambas partes y eso es muy importante», precisó el analista, remarcando que el acercamiento puede ser vital para avanzar «en otras áreas en las que se estaba cooperando, como en la inversión».
El encuentro Milei-Xi: ¿un requisito de China?
La noticia de que Milei viajará a China a reunirse con el mandatario chino fue una noticia tanto o más relevante que la propia renovación del swap, por la importancia en ese proceso de normalización de relaciones entre los dos países y el contraste que marca con la voluntad del actual Gobierno argentino de alinearse en todos los campos con EEUU.
Para Robba, no es descabellado pensar que el viaje del presidente argentino a Pekín haya sido uno de los términos del acuerdo que le permitirá al país sudamericano extender la renovación del swap de monedas.
«Me cuesta pensar que esto no estuvo hablado en el contexto de la renovación del swap. Hay que entender que China puso sobre la mesa cuestiones políticas en la negociación porque las señales políticas son importantes para ellos», consideró el especialista.
Robba ironizó además con la posibilidad de que la visita de Milei a Pekín se produzca el 4 de julio, día de la independencia de EEUU. Si bien por el momento se trata de una fecha tentativa surgida de medios argentinos, el analista estimó que el día elegido para mostrar una fotografía de Milei junto al presidente chino podría constituir una señal en sí misma. «Si bien las agendas de los países son apretadas y puede ser el único día que estaba disponible, es algo que no parece inocente«, enfatizó.
El encuentro entre Milei y Xi Jinping puede volverse aún más significativo teniendo en cuenta que el presidente argentino todavía no cumplió ninguna visita oficial a EEUU, a pesar de que ha visitado en varias ocasiones el país norteamericano en el marco de viajes personales, encuentros académicos o empresariales. «Argentina no ha hecho visitas oficiales a EEUU y antes de hacerlo visitaría China y justamente un 4 de julio», acotó.
El analista remarcó que, en el vínculo con Argentina, China «hace prevalecer su condición de potencia» y no duda en transmitirle al país sudamericano «qué cosas tolera y qué no». En efecto, el analista subrayó lo preocupante que resulta para el Gobierno de Xi Jinping que la administración de Milei haya dejado en suspenso proyectos de centrales nucleares y represas con participación china, haya preferido aviones caza F-16 y no los de fabricación china o algunos gestos de simpatía hacia Taiwán.