Algún ministro y muchas noticias declaran que el próximo verano se producirán apagones, porque habrá temperaturas aún más altas que el verano pasado, y Atucha I estará fuera de servicio. Vale la pena aclarar esto.
Atucha I tiene aproximadamente el 1,2 % de la potencia de lo que se espera sea la demanda de punta máxima en el próximo verano (30700 MW) y mucho menos del 1 % de la potencia total del sistema de generación de electricidad de nuestro país, que es de casi 44 000 MW
Decir que los apagones serán consecuencia de la salida temporal de servicio de Atucha I es ridículo y sirve solo para contar con un chivo expiatorio ante los que no entienden el tema
Además, en la cobertura de la demanda de punta del día viernes 20 había, 6700 MW térmicos y 1100 MW hidráulicos indisponibles, por problemas de todo tipo. Frente a esto, los 362 MW de Atucha I son insignificantes y sirven únicamente para tener a quién echarle la culpa.
En los diarios y en los declaraciones públicas se busca «colgarle el muerto» a la central nuclear. Pero no se dice nada de los 7800 MW fuera de servicio, a los que se debería intentar recuperar, aunque sea una parte; ni de las interrupciones a las ampliaciones del gasoducto NK; ni a la cancelación de las licitaciones de ampliación del parque térmico. Estas dos últimas cuestiones sí podrían solucionar significativamente el problema.
Atucha I este año cumple 50 años desde que se puso en marcha. Ha sido una maquina noble con un rendimiento excepcional pero que esta llegando al final de su primer ciclo de vida.
Las centrales nucleares requieren que un organismo externo a la misma las audite, controle y autorice su funcionamiento. Y este organismo no debe depender de la misma autoridad política.
La Autoridad Regulatoria Nuclear (ARN) de nuestro país le exige a Nucleoeléctrica Argentina SA (NA-SA), como condición de que Atucha I siga funcionando, una revisión y reacondicionamiento integral. Es algo similar a lo que se está haciendo en el resto del mundo con las centrales nucleares que finalizan su primer ciclo de vida. Esto se denomina extensión de vida.
NA-SA viene gestionando con la mencionada ARN las tareas para la extensión de vida de Atucha I desde hace años. Tanto la empresa como el organismo tienen aprobado un plan de reacondicionamiento que ya se puso en marcha. Prevé que esta central se detendrá a fin de este mes para comenzar con las obras en el sitio, y tenerla nuevamente operativa en aproximadamente dos años.
Conociendo a la ARN es muy difícil que autorice algo distinto. Siempre priorizó el análisis técnico de seguridad, por encima de las necesidades del mercado y también siempre fue inflexible en este aspecto. Hay informaciones que dicen que la ARN ya rechazó cualquier modificación a lo ya acordado, y que no hay presión política que la haga cambiar de idea.
Ing. Francisco Carlos Rey
PS: El Ing. Químico Francisco Rey fue Vicepresidente de la CNEA. En su juventud dirigió la planta de uranio de Malargüe, Mendoza, ya desactivada y gestionada. La misma transformaba el mineral de las minas mendocinas de Huemul y San Rafael en «yellow cake» destinado a nuestros primeros combustibles argentinos de centrales nucleares. Luego participó en el diseño y la construcción de la Planta Experimental de Agua Pesada (PEAP) en el predio de las Atuchas, provincia de Buenos Aires. Desde fines de los ’80 pasó a la dirección del grupo de la CNEA en Prospectiva del Sistema Argentino de Interconexión, oficina con la que sigue colaborando como «jubilado emérito» (gratis).