Para el Gobierno de Javier Milei, el sector nuclear parece ser más una posibilidad de conseguir dólares frescos que una vía para el desarrollo del país. Al menos eso se refleja en el presupuesto que propuso el Ejecutivo para el 2025, en el que la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) pierde un 15,7% en términos reales contra este año, adonde ya había sufrido recortes muy importantes (ver gráfico).
Además, el sector nuclear viene sufriendo la parálisis en proyectos importantes, no solo de la central modular CAREM, sino también del reactor de investigación RA-10 (foto portada), a poco de su finalización.
En este contexto, la empresa estataEl Nucleoeléctrica Argentina Sociedad Anónima (NASA), responsable de gestionar las centrales atómicas, que factura alrededor de 800 millones de dólares anuales y mantiene su superávit a partir de la venta de energía eléctrica, –que ha tenido aumentos importantes este año–, buscaría ser privatizada en el 49% de su paquete accionario.
Nicolás Malinovsky, director del Observatorio de Energía, Ciencia y Tecnología (OECYT) y asistente a la reunión con los senadores, informó: “El 25 de septiembre pasado, el bloque de Senadores de Unión por la Patria nos recibió a los representantes del sector nuclear, funcionarios y trabajadores para poder transmitirle la situación crítica que se está viviendo, producto de una falta de financiamiento y de previsibilidad en la política nuclear. Se viene un desmantelamiento silencioso, desde la paralización de la obra del reactor CAREM a la posible privatización de Nucleoeléctrica Argentina”.
Variación del Presupuesto 2025 vs 2023 en organismos de ciencia y tecnología
Además, los salarios tienen aumentos muy por abajo de la inflación y esto está generando un éxodo de los empleados más calificados, en su mayoría ingenieros y técnicos especializados en el área, hacia el sector privado, con la dificultad que presenta este panorama hacia el futuro, ya que se trata de una pérdida de personal en el Estado que ha requerido de años de una formación específica, muy demandada en todo el mundo.
Solamente en NASA hubo unos 20 empleados que pasaron a otras industrias, principalmente a la industria petrolera. “Los salarios de la CNEA están por el piso, entonces se paralizan las obras pero también la gente se empieza a ir a otros lugares porque llegar a fin de mes está complicado, o empiezan a tener varios trabajos y se desvirtúa todo. La gente que entró desde 2022, ingenieros con tres años de formación en planta, se van a otras empresas porque el Estado no está acompañanado”, dijo Malinovsky.
“El bloque de senadores demostró mucho interés en lo que está pasando y consideran que el sector nuclear es muy importante, porque es un sector pujante en términos de desarrollo tecnológico vinculado a la industria energética del país”, dijo Malinovsky. Y agregó: “El senador José Mayans se puso a disposición para hacer una mesa de trabajo permanente para seguir lo que está pasando en el sector y nos pidió que elaboremos un informe con el presupuesto vinculado a las obras que son necesarias, para poder presionar para que formen parte del Presupuesto 2025”. NASA también tiene responsabilidades en la finalización de las obras del CAREM, el RA-10 y la planta de producción de combustibles nucleares Dioxitec, en Formosa. Además, la semana pasada, la central nuclear Atucha I salió de servicio porque va a iniciar sus obras de extensión de vida, que serán llevadas a cabo por NASA. El gobierno anterior había presupuestado que tendrían un costo de 450 millones de dólares pero la nueva gestión aumentó el presupuesto a 650 millones de dólares.
En la reunión, no hubo senadores de otros bloques ya que fue una iniciativa de Unión por la Patria. Para esta semana había una reunión programada con senadores de Hacemos Coalición Federal y con representantes de las empresas nombrados por el Gobierno, pero finalmente se suspendió.
Según Malinovky, “la privatización de NASA sería la pérdida de conocimiento estratégico que llevó 70 años producir, los conocimientos de generación de energía eléctrica con reactores de potencia. Privatizarla sería entregar eso. NASA nace con el proceso de desregulación de los 90 con la intensión de ser privatizada, y (Eduardo) Rodríguez Chirillo, el actual secretario de Energía, fue uno de sus protagonistas. Antes, NASA era parte de la CNEA pero la crearon cuando vendieron todo el parque de generación de energía. En 2006, se cambió el sentido de NASA cuando se lanzó el plan nuclear con Néstor Kirchner y se pudieron encauzar las grandes obras, principalmente Atucha II, que estaba paralizada desde los años 80 y así se convirtió en mucho más que una gerenciadora, en una constructora de centrales con gran potencial”.
Hoy hay cinco grandes generadores de energía eléctrica en la Argentina: ENARSA, Pampa Energía, Central Puerto, YPF Energía y NASA. Esta última genera entre el 5% y el 10% de la energía. “Si perdemos a NASA se va a concentrar más el sector privado, con el impacto que eso puede tener en los costos en un país que necesita energía para el desarrollo industrial. No solo es NASA, también quieren privatizar a IMPSA, que tiene calificación nuclear y es una de las principales proveedoras de elementos para el CAREM, lo que además pondría en riesgo el proyecto”, dijo Malinovsky.
“Se sabe que la nueva gestión, con el presidente (Alberto) Lamagna y (Jeremías) Coppola, que viene de las criptomonedas, quieren que entren capitales privados y apuestan a que NASA podría ser privatizada por 1000 millones de dólares. Si eso sucede la estaríamos regalando porque 650 millones de dólares ya se tienen que usar para la extensión de vida de Atucha I, no quedaría nada en manos del Estado y entregaríamos el manejo de las tres centrales nucleares”, agregó el especialista.
Con respecto al CAREM, por ahora la obra civil está suspendida y el especialista cree que puede ser parte de una estrategia. “De caerse los contratos de obra, se pueden volver a licitar y entregarlos a empresas amigas, como pasó con Macri que cuando volvió la obra y se la entregaron a Caputo y Techint, sería un negocio financiero. La parálisis del sector es parte de la política exterior de este Gobierno alineada a los intereses de Estados Unidos, que necesita desmantelar uno de los sectores de desarrollo de tecnológico de punta en el país y que produce tecnología que fortalece otras industrias”, explicó.
Transición energética y energía nuclear
La energía nuclear está teniendo un resurgimiento en muchas partes del mundo, ya que es una forma de generar energía de forma constante, el contrario que las eólica y solar, y que no libera dióxido de carbono a la atomósfera, como la quema de hidrocarburos, por lo que es un complemento importante para evitar el calentamiento global.
Muchos países están construyendo nuevas centrales, especialmente China, Rusia e India, pero también Estados Unidos e Inglaterra, mientras que en la conferencia del clima COP28 del año pasado 20 países desarrollados acordaron triplicar la generación de energía de fuente nuclear para el año 2050. Según Malinovsky, “esta pérdida de capacidades también tiene que ver con cómo nos insertamos en un período de transición energética. Si uno estudia la Ley Bases, el RIGI, las resoluciones que va sacando la Secretaría de Energía, las inversiones que ofreció Estados Unidos para la transición energética de la Argentina nos van a condicionar a insertarnos como meros proveedores de materia prima, con Vaca Muerta y el litio. El sector nuclear no tiene razón de ser para ellos”.
Matías Alonso