Desde hace días las redes sociales están llenas de usuarios que publican fotos de alojamientos en la Costa Atlántica o en otras partes del país con precios superiores a lugares similares en Río de Janeiro u otras ciudades de Brasil, e incluso del mundo. Y, aunque muchos critican a los destinos argentinos porque muchas veces se exceden con los precios, los valores locales están impactados por el superpeso y la devaluación del real. Eso motivó a que desde el sector le pidan al Gobierno que reduzca los impuestos para equiparar un poco la cancha.
“Nunca estuvo tanto más barato vacacionar en Brasil vs. Argentina”, twitteó hace unos días Julián Gurfinkiel, cofundador de Turismocity, junto a dos capturas de pantalla de hoteles cinco estrellas, uno en Villa La Angostura y otro en Río de Janeiro. Según los precios allí exhibidos, un hospedaje desde el 15 al 22 de enero en Las Balsas Relais & Chateaux sale US$677 la noche, contra US$175 en el Grand Hyatt Río de Janeiro.
En tanto, el economista de GMA Capital Nery Persichini dijo que, con este nivel de tipo de cambio real (fortaleza relativa del peso versus otras monedas), se abarata el costo de vacacionar en el exterior respecto de la Costa. En el caso de Brasil, como su moneda también se devaluó 15% contra el dólar en 2024, la conveniencia es mayor. Según el TCR bilateral, la relación peso-real es la más fuerte desde 2001. “Chau Gesell. Hola Miami y Río. El gran Tomás Bulat decía que a los argentinos, después de algunos años en la Costa Atlántica, les tocaba viajar barato al exterior. Hoy parece ser ese momento”, opinó.
Por caso, en el portal de la agencia Despegar se pueden encontrar hospedajes en un hotel 4 estrellas en Río de Janeiro para dos personas por siete noches en febrero (del 16 al 23) a $762.890.
En tanto, un establecimiento similar (3 estrellas) para dos personas en Cariló sale $1.065.764. Es decir, la Costa efectivamente está más cara que Río de Janeiro, aunque aún no más que Miami. El hospedaje en un 4 estrellas allí está $1.334.296.
Con vuelos, el paquete a Río asciende a $1.780.268, el paquete a Cariló, a $2.007.148 y el paquete a Miami, a $3.566.444, aunque a Cariló se puede ir en auto por un costo de $136.000 entre combustible y peajes.
“Sin entrar a discutir el tipo de cambio, que está con un importante atraso que se ve en que hace seis meses tenías cola de extranjeros para entrar al país y ahora una cola de argentinos saliendo, lo que pedimos es que nos igualen la cancha en términos impositivos. Nuestro reclamo es similar al de la Unión Industrial Argentina (UIA) frente a la apertura de importaciones: no estamos en contra de que los argentinos viajen, pero iguálennos con la parte impositiva”, dijo Rafael Miranda, vicepresidente de la Federación Empresaria Hotelera Gastronómica Argentina (Fehgra).
Según sus cálculos, los destinos locales pueden ser un 20% más caros que los del exterior por el peso de distintos impuestos. “En Europa, que tiene un sistema tributario similar al nuestro, la hotelería y la gastronomía paga 10% de IVA, cuando la Argentina tiene una alícuota del 21%. Ahí ya tenés 11 puntos de diferencia y con Ingresos Brutos, el impuesto a los débitos y créditos bancarios, la tasa de seguridad e higiene y el impuesto PAIS, sumás otra carga tributaria adicional de 9 puntos”, detalló.
Esta sobrecarga no se explicaría igual para el caso de Brasil, según reconoció Miranda, porque ese país tiene un sistema impositivo distinto y allí el sector enfrenta una carga impositiva mayor que en la Argentina, o sea que la diferencia de precios contra ese país solo se explica por tipo de cambio.
“Tenemos conversaciones con la Secretaría de Turismo, Ambiente y Deportes y tuvimos alguna conversación indirecta con el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, pero debemos reunirnos con el Ministerio de Economía. En la última semana, el tema de la falta de reservas en el país se profundizó. Brasil se va a llenar y nosotros vamos a estar vacíos. Pero no solo Brasil, también muchos argentinos van a estar viajando a Europa y los Estados Unidos”, cerró.
Por su parte, Gabriela Ferrucci, presidente de la Asociación de Hoteles de Turismo de la República Argentina (AHT), dijo que su propuesta es reducir cargas sociales (aportes y contribuciones) y la alícuota de IVA para turismo local. “Respecto del impuesto a los ingresos brutos creemos que es una alícuota elevada para la actividad, además de ser un impuesto distorsivo que grava todas las etapas, y, en relación con el impuesto sobre los créditos y débitos bancarios, también lo consideramos distorsivo. Creemos que su derogación promovería la formalización de la economía” , concluyó.
María Julieta Rumi