China comunicó que se suspendieron tres licencias a exportadores de soja norteamericanos. Se trata de las empresas Dreyfus, CHS y EGT, informó el departamento de aduanas de China en un comunicado.
Con esta acción se reafirma la guerra comercial entre el gigante asiático y Estados Unidos. La medida se da luego de que el gobierno de Trump imponga aranceles a determinados productos chinos.
China también gravó las importaciones de productos agrícolas y alimenticios estadounidenses por valor de 21.000 millones de dólares, incluidos soja, trigo, carne y algodón, informó Reuters.
Este nuevo escenario reconfigura el mercado chino y Sudamérica aparece como un gran proveedor. Lo mismo para Australia. El país asiático comenzó tiempo atrás un proceso de menor dependencia de Estados Unidos, pero ahora se intensificará.
«Desde la perspectiva de la soja, los proveedores sudamericanos probablemente se beneficiarán. Los proveedores de otras semillas oleaginosas, como la canola, también podrían experimentar un impulso», dijo a Reuters Dennis Voznesenski, analista del Commonwealth Bank en Sydney.
La novedad de las tres empresas estadounidenses responde a las represalias contra la decisión de Trump de imponer un arancel adicional del 10 % a China.
Actualmente, el gigante asiático realiza dos tercios de sus compras de sorgo a Estados Unidos. La aplicación del arancel beneficiaría a los productores australianos.
“El sorgo sería un claro ganador. Probablemente la cebada también se beneficiaría», dijo Rod Baker, analista de Australian Crop Forecasters en Perth.
Por su parte, Reuters insistió en que el último arancel a la soja estadounidense anuncia una dependencia aún mayor de Brasil y Argentina. También habrá cambios en la demanda de proteína animal.
«Habrá un desvío del comercio después de que China apliquen aranceles a las importaciones de productos estadounidenses», dijo Pan Chenjun, analista senior de proteínas animales en Rabobank en Hong Kong. En este sentido, Brasil podría tener un impulso mayor.