China ya tiene a pleno rendimiento el primer reactor experimental de torio del mundo en la provincia de Gansu. Se trata del TMSR-LF1, un reactor de sales fundidas desarrollado por el Instituto de Física Aplicada de Shanghai, cuya construcción comenzó en 2018.
A diferencia de los reactores convencionales que usan uranio, este emplea torio, un elemento químico más abundante, menos radiactivo y con menor riesgo de proliferación nuclear.
En lugar de usar elementos combustibles sólidos, el torio se disuelve en sales fundidas de litio y berilio, lo que permite operar a baja presión y con sistemas de seguridad pasiva, como una válvula de congelación que detiene el reactor en caso de emergencia.
El proyecto del TMSR-LF1 se inició en 2011 con un coste total de 3 mil millones de yuan (450 millones de dólares). La construcción del reactor de 2 MW térmicos comenzó en 2018 y se completó en 2021.
Utiliza combustible con un enriquecimiento menor del 20% de U-235 y unos 50 kg de torio. El refrigerante FLiBe es una sal fundida formada por una mezcla de fluoruro de litio (LiF) y fluoruro de berilio (BeF2). Es tanto un refrigerante de reactor nuclear como un disolvente para material fértil o fisible.
El 11 de octubre de 2023, el reactor alcanzó su primera criticidad, es decir, la reacción nuclear autosostenida. Posteriormente, el 17 de junio de 2024, logró operar a plena potencia térmica de 2 MWt.
Pero el verdadero punto de inflexión llegó el 8 de octubre de 2024, cuando el TMSR-LF1 funcionó durante 10 días a plena potencia utilizando torio como combustible, y se detectó protactinio-233, un isótopo clave en el ciclo del torio. Este hallazgo demostró que el proceso funcionaba correctamente: el torio-232 captura un neutrón, se convierte en protactinio-233, y este decae en uranio-233, el combustible fisible real. Esta confirmación científica fue esencial para validar el diseño.
China planea escalar esta tecnología a un modelo de 373 MW para 2030, con la mirada puesta en regiones áridas, ya que estos reactores no requieren agua para refrigeración. Así, podrían suministrar energía limpia y constante a zonas remotas, alejadas de la red eléctrica del país.
El torio, que durante décadas se ha considerado una promesa, hoy empieza a ser una realidad.