En un gesto poco habitual, la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (ANCEFN) publicó una declaración con fuertes críticas a la situación del sistema científico y tecnológico argentino. En el documento, se advierte sobre el desfinanciamiento sostenido, la paralización de programas estratégicos, la caída del poder adquisitivo de investigadores y becarios, y la falta de una política clara en ciencia y tecnología por parte del gobierno nacional.
“No es la primera vez que el sistema científico argentino sufre un gran desfinanciamiento”,dijo la matemática Alicia Dickenstein, presidenta de la Academia. Sin embargo, señala que la situación actual es particularmente grave: “Tuvimos un período relativamente largo de crecimiento y logros, que es imperdonable destruir”.
La declaración institucional apunta a la paralización de la Agencia I+D+i, la falta de una agenda nacional en ciencia y tecnología, el congelamiento de ingresos a la carrera del CONICET y el creciente desfinanciamiento de las universidades públicas.
El impacto más visible, y preocupante es la emigración creciente de investigadores jóvenes. «Estamos muy preocupados porque esta falta de financiamiento de las ciencias está produciendo consecuencias irreversibles», remarcó Dickenstein. Muchos de estos jóvenes científicos se encuentran hoy cerca de la línea de pobreza y ven en la emigración como la única posibilidad de desarrollo profesional.
Para graficar la magnitud del problema, Dickenstein recurrió a una comparación que ya había utilizado hace unos días el vicepresidente de la institución, Galo Soler Illia. “Imagínense que dejamos ir del país, y de manera gratuita, a futbolistas de primera línea que terminan en países que después compiten con nosotros en el Mundial. ¿Los dejaríamos ir gratis? No. Eso mismo está pasando con nuestros científicos”.
La analogía busca evidenciar el contraste en términos de percepción y valor social. La inversión en ciencia se pierde cuando no hay condiciones mínimas para retener a quienes podrían liderar desarrollos estratégicos para el país y en los que el Estado invirtió para su formación: “Estamos dejando ir a los jóvenes científicos por falta de apoyo”, se lamenta Dickenstein.
Las preocupaciones de la Academia no están aisladas. La semana pasada, bajo la consigna “Nadie se salva solo”, investigadores del CONICET se movilizaron en Buenos Aires y otras ciudades del país para denunciar el vaciamiento del sistema científico. La manifestación, inspirada en El Eternauta, tuvo su epicentro en el Polo Científico Tecnológico de Palermo.
Durante la jornada, se alertó sobre la desintegración de equipos de investigación, la pérdida de más de 1500 puestos de trabajo en el CONICET y la falta de interlocutores políticos para construir una agenda estratégica. Los manifestantes denunciaron un “cientificidio” y el desmantelamiento sistemático de grupos de investigación en todos los ámbitos.
El futuro de las universidades
Uno de los focos de preocupación más urgentes es el estado de las universidades públicas. “Es muy grave el desfinanciamiento a las universidades y va a traer pésimas consecuencias”, subrayó Dickenstein.
El problema tiene múltiples aristas porque las universidades nacionales cumplen un rol fundamental en la generación y transmisión de conocimiento pero “la calidad académica se ve comprometida porque los docentes más formados emigran o son captados por universidades privadas con mejores condiciones”, dijo la presidenta de la ANCEFN.
El documento de la Academia concluye con una reflexión sobre el contexto global: “El ajuste que se está llevando a cabo en el sector de CTI (Ciencia, Tecnología e Innovación) deja a la Argentina aún más débil en el contexto actual de alta competitividad por el conocimiento a nivel mundial”.
Pese al contexto adverso, Dickenstein mantiene una perspectiva que combina realismo con esperanza. La directora de la ANCEFN reconoce que el escenario es complejo pero no claudica en su compromiso con la divulgación y la defensa del sector científico.
“En lo personal, me sigue motivando mi pasión por la matemática y por todo lo científico”, afirmó. “El panorama está muy triste en la Argentina, muchas veces con mala intención y muchas otras por falta de información”, agregó.
Para la investigadora, una de las claves está en ampliar el diálogo social: “Queremos llegar (con este reclamo) a toda la gente a la que le falta información, porque creemos que es lo mejor para nuestro país”, concluyó.
Matías Ortale