Paolo Rocca -Tenaris- da la batalla cultural por la protección de la industria

Robert Lighthizer

La pelota Argentum 2025 con la que se jugará el campeonato de fútbol que arranca este fin de semana está hecha por Adidas en Indonesia. ¿Esto debería ser para siempre así? ¿No podría estimularse su producción en -por ejemplo- la localidad cordobesa de Bell Ville para que la Asociación del Fútbol Argentino se abastezca con empresas nacionales?

Preguntas como ésta están volviendo al debate en todo el mundo a partir de la asunción de Donald Trump en Estados Unidos con su política de aranceles a la importación para proteger a las fábricas locales.

En Argentina, el gobierno de Javier Milei plantea un rumbo distinto: alentar la apertura comercial a través de una reducción de barreras e impuestos sobre los productos que vienen del extranjero para beneficiar a los consumidores con más competencia que lleve a la baja de precios. Todo, a su vez, potenciado por un tipo de cambio que hasta ahora se movió menos que el resto de las variables y hace más conveniente traer mercadería de afuera que producirla acá.

Desde el corazón del establishment, en tanto, la Organización Techint sale ahora a dar la batalla cultural a favor de la protección a la industria y el establecimiento de políticas productivistas con la invitación de dos figuras rutilantes de la discusión de estos temas a nivel internacional.

En el marco del XX Seminario Internacional del Boletín Informativo Techint que se realizará el 21 de agosto próximo llegarán al país nada menos que Robert Lighthizer, un halcón del proteccionismo estadounidense y ex representante comercial del primer mandato de Trump, y Dani Rodrik, un académico de prestigio que siempre contrapuso al discurso del libre comercio la necesidad de pensar políticas productivas sofisticadas.

Ambos compartirán el estrado con Juan Carlos Hallak, profesor de Economía Internacional de la Universidad de Buenos Aires con un PhD en Harvard, en lo que se espera sea una forma del principal holding industrial argentino de plantar cara al debate sobre qué debe hacer el Estado en este momento tan desafiante para la región en general y para la Argentina en particular.

Coordinado por la Directora del Centro de Informaciones y Estudios Económicos de Techint Susana Szapiro, se trata de un encuentro que se realiza siempre en el auditorio del edificio central de la multinacional ubicado en la calle Della Paolera en el barrio porteño de Retiro. Salvo alguna extraña excepción cuenta con la participación en primera fila del mismísimo factótum de la compañía, Paolo Rocca, interesado en marcar el pulso del pensamiento en el empresariado local.

Lighthizer es autor del libro «No trade is free» («Ningún comercio es libre») y es conocido en los Estados Unidos por ser el cerebro detrás de la política más dura de aranceles a la importación. Su tesis de fondo, en línea con el proteccionismo industrial más elemental, es que los países deben pensar a su población como productores de bienes antes que como consumidores y que por eso con barreras al comercio deben protegerse los sectores industriales, en especial los estratégicos. 

Tiene una larga trayectoria. Durante la administración de Ronald Reagan, por ejemplo, trabajó para instalar restricciones al comercio de acero y autos provenientes de Japón. Más tarde se transformó en lobbista de la industria siderúrgica de los Estados Unidos. En 2017 fue representante comercial de la primera administración Trump.

Cuando su libro se publicó en 2023, Trump lo describió como «una obra maestra que describe cómo mi administración se enfrentó a China y luchó contra los globalistas y comunistas que han estado estafando a los trabajadores estadounidenses durante décadas».

«Bob», como le dice el presidente estadounidense, considera a China una amenaza para el desarrollo y por eso recomienda enfrentar al gigante asiático con la imposición de aranceles. Así, se lo considera el padre de la política exterior que está llevando a la práctica, no sin idas y vueltas, la actual gestión del líder republicano.

La necesidad de proteger a la industria siderúrgica de la competencia externa proveniente de China es un mensaje permanente en las apariciones públicas de Rocca. Con el patrocinio de la visita de Lighthizer lleva su posición al extremo en plena guerra comercial y mientras la administración de Javier Milei apuesta por la apertura. Techint tiene plantas en Argentina, Brasil, México y Estados Unidos.

Dani Rodrik recibe el doctorado Honoris Causa el año pasado en la UBA de la mano de Emiliano Giacobitti.

Dani Rodrik, en tanto, complejiza la mirada de Lighthizer con una contribución a lo largo de su carrera dedicada a llamar la atención sobre la necesidad de políticas públicas para el desarrollo que no sólo se basen en restricciones al intercambio comercial.

«Rodrik planteó que la política de desarrollo productivo no debe ni necesaria ni centralmente consistir en decisiones burocráticas que elijan sectores a ser beneficiados a través de exenciones tributarias, cuantiosos subsidios o protección comercial», describió justamente Hallak en el documento para sustentar el otorgamiento del Doctorado Honoris Causa de la Universidad de Buenos Aires el año pasado.

«Por el contrario, existe una enorme variedad de insumos públicos en áreas tan diversas como la capacitación laboral, la promoción comercial, la construcción de infraestructura o la investigación que son necesarios para complementar la actividad de los sectores productivos permitiendo que la misma se desempeñe en un ámbito competitivo», añadió Hallak, que compartirá la exposición en la convocatoria de Techint.

El panel auspiciado por Techint llegará en un momento, además, en el que el Gobierno está planteando una reducción de los entes de articulación público-privada como los institutos oficiales de tecnologías industrial y agropecuaria, el INTI y el INTA, defendidos por las centrales empresarias de ambos sectores, como la Unión Industrial Argentina y la Mesa de Enlace.

El año pasado, en una entrevista con el diario La Nación tras recibir el reconocimiento de la UBA, Rodrik habló sobre cómo la política industrial debe convivir con la estabilización macro: «Si la inflación es de tres dígitos, nada puede pasar. Pero no se puede negar el rol que puede tener el Estado en potenciar las fuerzas productivas, que a su vez contribuyen en consolidar esa estabilidad macro. (…) Pero la política industrial no se trata de subsidios o impuestos, sino muchas veces de organizar los sectores para resolver los problemas en conjunto».

Jairo Straccia

VIACronista