Tras décadas de supremacía absoluta en el automóvil mundial durante las que los fabricantes europeos tenían que soportar estoicamente que las marcas chinas copiaran descaradamente sus coches y soluciones tecnológicas, ahora es la industria automovilística europea y occidental en general quien devuelve la pelota a los chinos y confiesan abiertamente que aprenden y copian las soluciones de la industria automovilística del país asiático.
Copiar al que copia
Hace unos meses que el CEO de Ford, Jim Farley, ya anticipaba que la industria china les llevaba una década de ventaja y reconocía abiertamente que la ingeniería inversa o retroingeniería era una técnica habitual con las marcas chinas.
Una solución que también confirmó utilizar el Gobierno nipón durante unas jornadas tecnológicas en las que también habían desmontado un BYD, en este caso un Atto 3.

Tal y como nos confirmó recientemente un directivo de fabricación del grupo Renault, «hay mucho que aprender de la industria del automóvil chino», realmente podría decirse que han reinventado el automóvil, con nuevos métodos de trabajo que permiten diseñar y fabricar en dos años, mientras que a industria europea tarda cuatro.
La mitad de tiempo
China parece haber entrado en un estadio industrial superior, para empezar en China el diseño de un automóvil se hace simultáneamente a la industrialización, lo que permite reducir mucho el tiempo para que un coche esté en la calle.
Después, al desmontarlo, los ejecutivos occidentales han reparado en detalles como que prácticamente no utilizan proveedores externos, sino que prácticamente todos los componentes están firmados por el mismo fabricante, en este caso BYD.

Por otro lado, se trata de una concepción mucho más pragmática del automóvil, con menos piezas. Se usa un concepto de módulos, por ejemplo el módulo propulsor incluye motor, inversión, transmisión, controlador y cargador, de esta manera se simplifica muchísimo el proceso de fabricación y se agiliza.
Soluciones imaginativas
Por último repararon en la utilización de nuevas soluciones constructivas mucho más sencillas y económicas. Por ejemplo para sujetar el parabrisas delantero BYD había sustituido la cara pieza metálica que usa tradicionalmente el automóvil europeo por una simple resina fijadora, pues las bajas vibraciones de los eléctricos hace que no sea necesario el uso de esta pieza.

Por si fuera poco, la industria china controla el mercado de las baterías a nivel mundial al ser propietaria de las grandes reservas de tierras raras y dominar su manipulación, lo que está obligando a la industria occidental a comprarle masivamente las baterías, lo que supone hasta el 30 % del precio de los automóviles.
Iván Mingo