¿Es China el mejor aliado del gobierno de Javier Milei?

(Reproducimos este intrigante planteo de la columna de ayer domingo en Perfil de Carlos Burgueño)

«China se convirtió en este tiempo de presidencia de Javier Milei en el mejor aliado que podrían tener estos tiempos libertarios. Sin requerir nada a cambio, el régimen de Xi Jimping aceptó todas las condicionalidades pedidas por Argentina, al punto de renegociar en julio del año pasado el swap de monedas con Argentina, extendiéndolo hasta julio de 2026, y liberando al país del pago de unos US$ 6 mil millones.
Y en el marco de este acuerdo, mantuvo china la posibilidad de comercializar de manera bilateral entre pesos y yuanes, saltando la necesidad de los importadores y exportadores de las dos orillas de demandar dólares.

Esto quiere decir que, por ejemplo, el incremento de 200% en las compras on line de productos chinos de manera directa vía courrier (una de las vedettes de la apertura comercial libertaria) o la importación de automóviles (otro de los hits del momento); no le cuestan dólares al país ni hacen transpirar las reservas del Banco Central. Un ítem que todos los días es mirado por los mercados. Y por el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Donde, by the way, también China jugó muy a favor del país, defendiendo en abril de este año la posición de Javier Milei en los debates del Board del organismo para la aprobación del acuerdo de Facilidades Extendidas, en sesiones donde Argentina era un puching ball criticado por Estados como Holanda, Gran Bretaña y Japón.

Esta defensa llegó a oídos de los funcionarios argentinos, quienes agradecieron formalmente la filípica apologética del país. Curiosamente, en ese ámbito, los dos mayores defensores de la Argentina fueron China y Estados Unidos. Casi en partes iguales.

Pero el paso bilateral más importante se dio hace diez días. El Gobierno reactivó el proyecto de la construcción de la represa Cepernic Kirchner en Santa Cruz, la obra más importante que China tiene en el país, y que se encontraba suspendido desde marzo de 2024. El motivo de la paralización de las obras no fue antichino. Ni mucho menos. La razón de no continuar con el proyecto fue el fin temporal de cualquier idea que pareciera obra pública, sin importar capitales ni ideologías. Se recuerda que el gobierno de Javier Milei tomó este capítulo como parte de su triunvirato para lograr el superávit fiscal, junto con el ajuste a jubilados y pensionados y la motosierra en el Estado nacional.

En el caso de la represa, se trataba además del mayor proyecto de infraestructura en construcción viviente en el país, con lo que la suspensión provocó una consecuencia similar a la magnitud de la obra. Sin embargo, no hubo una sola protesta desde China, teniendo en cuenta que el responsable vencedor de la licitación para levantar el megaproyecto era la china Gezhouba. Este silencio diplomático chino tuvo su recompensa. Y a diferencia de otros proyectos de obra pública suspendidos (básicamente todos), la represa se reactivó hace diez días y en pocos meses continuará su levantamiento.

Argentina solo puso una condición, que fue aceptada sin mayores problemas desde el lado chino: no poner un solo dólar desde la Administración Pública Nacional. La totalidad de la inversión deberá ser responsabilidad del propio gobierno chino, sin importar la modalidad de la llegada de esos fondos.»

VIAPerfil