El financiamiento para la ciencia en la provincia de Buenos Aires

La 4ta. convocatoria del Fondo de Innovación Tecnológica de Buenos Aires impulsa proyectos de ciencia y tecnología en la provincia bonaerense que puedan solucionar problemáticas de empresas, cooperativas, cámaras y el sector público, mediante la articulación con universidades e institutos de investigación.

En tiempos de escasez de dinero en el sector científico-tecnológico debido al desfinanciamiento por parte del Gobierno de La Libertad Avanza, el Fondo de Innovación Tecnológica de Buenos Aires (FITBA) busca compensar este déficit en terreno bonaerense. Actualmente, está abierta la cuarta convocatoria del fondo, que entrega 40 millones de pesos a proyectos de ciencia y tecnología emplazados en la provincia que busquen solucionar problemáticas productivas de empresas, cámaras o cooperativas, y 20 millones a iniciativas orientadas a proyectos de innovación en el Estado provincial o en el ámbito municipal en Buenos Aires.

Los proyectos deben tener una duración de un año y entregar una solución tecnológica tangible. La convocatoria fue lanzada por el Ministerio de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica de la provincia de Buenos Aires por primera vez en 2022 y busca promocionar los conocimientos de instituciones de investigación en su vinculación con la sociedad.

A diferencia de los fondos para vinculación del tipo FONARSEC, que brindaba la Nación hasta 2023, estos no se entregan a unidades productivas formadas por empresarios e investigadores, sino a las universidades o institutos de investigación, e incluyen un acompañamiento del ministerio para mejorar la vinculación. También, las empresas pueden plantear sus necesidades tecnológicas a la cartera de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica para poder vincularse con un grupo de investigación que pueda trabajar en la temática propuesta. Por eso, el FITBA se articula con otro programa, el de Clínica Tecnológica, que recorre las pymes bonaerenses y realiza un diagnóstico sobre qué problemas pueden ser abordados con un enfoque científico-tecnológico.

El subsecretario de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la provincia de Buenos Aires, Federico Agüero, dijo: “La Escuela de Pensamiento Latinoamericano en Ciencia, Tecnología y Desarrollo, que a nosotros nos interesa mucho, se pregunta por qué si acá tenemos tantas capacidades para fabricar y tanto conocimiento científico no podemos vincularlos, y encuentra que tiene que ver con cuestiones macro pero también con problema micro, de articulación. Este programa viene a intentar ayudar a que se den mejor esos procesos”.

“Le estamos dando mucha importancia a estas convocatorias y estamos cuidando mucho el proceso y la evaluación posterior de proyectos», dijo Agüero.

Este año, hay un total de 3000 millones de pesos disponibles para financiar este programa. Entre las convocatorias pasadas se llegó a 186 proyectos, de los cuales 117 fueron con pymes y el resto con organismos estatales. Entre los últimos, por ejemplo, había un hospital público que necesitaba automatizar la pasteurización de células lácteas para pediatría, objetivo que se logró gracias a este financiamiento y al conocimiento del sistema científico local. “También funcionaron muy bien los proyectos de incorporación de inteligencia artificial en alguna etapa del proceso productivo, por ejemplo, en cámaras para control de calidad. Tenemos un proyecto de una pyme que hace bidones para agua potable, ellos inyectan los tapones y tenían que resolver el control de calidad de la etiqueta que llevan, para ver si quedaba bien ubicada. Es una tarea manual muy desgastante y requería tener turnos rotativos porque la gente no podía estar muchas horas mirando eso sin perder rigurosidad. Se incorporó esta tecnología y la empresa aprendió su funcionamiento para poder mantenerla. Vemos que hay capacidad de innovación en las universidades y también en las cooperativas y empresas. Cuando empezamos a hablar vemos que todas desarrollaron alguna máquina o proceso novedoso para su producción”, explicó Agüero.

Otro de los ámbitos en los que se han hecho aportes gracias a este fondo es en la sustitución de importaciones de insumos del exterior. Uno de los proyectos financiados logró reemplazar la resina que se usa para impresión 3D de implantes dentales y que debía ser traída de Alemania y Suiza. Así, se logró hacer este insumo localmente con una décima parte de su costo y con una calidad similar en un 90%.

La convocatoria cierra el 14 de agosto y se están haciendo recorridas por universidades para difundirla. Entre las convocatorias anteriores se logró involucrar a 2000 investigadores de los 20.000 que se estima hay en la provincia. “No son una casta aislada de la sociedad, sino que son un sector muy sensible que quiere aportar sus conocimientos”, dijo Agüero.

A nivel nacional, el desfinanciamiento de la ciencia es cada vez mayor. La Función Ciencia y Tecnología del Presupuesto nacional cayó un 47% y la principal institución del financiamiento de ciencia, la Agencia I+D+i, sufrió una caída del 91%. En tanto, los montos de financiamiento de las provincias y de la Ciudad de Buenos Aires son comparativamente muy pequeños. La provincia de Buenos Aires busca despegarse de esta tendencia con fondos importantes para el desarrollo de proyectos científicos.

“Le estamos dando mucha importancia a estas convocatorias y estamos cuidando mucho el proceso y la evaluación posterior de proyectos. Queremos saber si son exitosos pero también conocer las particularidades con las que se dan los procesos de vinculación y transferencia en la provincia de Buenos Aires, que no son iguales a los que se muestran en bibliografía internacional. Son trabajos que se hicieron en otros países pero no en la provincia y eso nos permite conocer particularidades, como que los proyectos de eficiencia energética recuperan la inversión en cuatro meses acá. O que hay proyectos de sustitución de importaciones que pueden bajar el costo a la décima parte”, dijo Agüero. Y concluyó: “En la última convocatoria se presentaron 350 proyectos, los pudimos evaluar en un mes y adjudicarlos en tres meses. Entre las empresas se va dando un efecto de imitación ya que se ven los resultados concretos con resultados tangibles alrededor de los cuales se da la discusión sobre las capacidades científico-tecnológicas. Cuando a eso se le agrega un resultado económico se van sumando más empresas”.

Matías Alonso

VIATSS UNSAM - Matías Alonso