Como venimos señalando desde hace años en AgendAR, los drones son, por eficaces y sobre todo por baratos, EL arma decisiva en los arsenales de las guerras que no representen un desafío existencial para Grandes Potencias. Es decir, todas las guerras que no incluyyan un riesgo de cataclismo nuclear.
La dirigencia política actual y -aparentemente- los organismos militares no parecen ser consciente de esto. Por suerte, Argentina cuenta con quienes desarrollan herramientas para la guerra moderna. Podemos no ser por completo irrelevantes, en el exigente sistema global que se está desarrollando en el siglo XXI.
A. B. F.
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Latinoamérica enfrenta desafíos crecientes en vigilancia aérea, control de fronteras, lucha contra el tráfico ilícito, gestión de emergencias y protección de infraestructuras estratégicas. En este contexto, la demanda por soluciones tecnológicas confiables y adaptadas a las realidades de la región es cada vez mayor.
En Expodefensa 2025, INVAP presenta un portafolio integrado de sistemas espaciales y de defensa diseñados específicamente para responder a estos retos regionales, combinando ingeniería de alta complejidad con experiencia operativa en entornos diversos — selva, montaña, costa y áreas urbanas.
“Diseñadas, fabricadas e integradas en la región, nuestras soluciones combinan rendimiento, robustez y transferencia tecnológica, ofreciendo capacidades estratégicas escalables a las necesidades de gobiernos y fuerzas de seguridad latinoamericanas”, expresaron a través de sus redes.
Se trata de una solución antidrones SADEM que fue presentada a nivel internacional como una respuesta integral a la creciente amenaza de las aeronaves no tripuladas comerciales y de fabricación casera. Basado en el análisis en tiempo real de emisiones de radiofrecuencia, interferencias y sensores opcionales de radar y electroópticos, el sistema está diseñado para detectar drones hostiles antes del despegue, rastrearlos en vuelo e interrumpir sus enlaces o señales de navegación cerca de bases militares, fronteras e infraestructuras críticas.
La capacidad de distinguir rápidamente un dron convencional de una plataforma hostil se convierte en un requisito operativo, y SADEM se ajusta a esta lógica al proporcionar herramientas capaces de identificar emisiones de radio incluso antes del despegue del dron. Esta detección temprana permite alertar a una estructura de defensa poco antes de una posible acción, lo que mejora la capacidad de respuesta de las unidades responsables de la protección del sitio.
La cobertura que ofrece SADEM se adapta a las necesidades gracias a su arquitectura modular. El alcance de detección depende de la configuración elegida y puede superar la distancia entre el operador y el dron, aunque las características del terreno y la aeronave influyen en el alcance real. El sistema puede desplegarse en terrenos variados, ya sea en zonas urbanas, zonas montañosas o amplios espacios abiertos. Su arquitectura permite una rápida instalación para misiones que requieren alta movilidad o, por el contrario, la integración en una red fija encargada de la monitorización de sitios sensibles. Las opciones tácticas, móviles o fijas proporcionan protección continua para bases militares, fronteras o eventos de alta visibilidad.
Las diferentes configuraciones de SADEM se basan en un núcleo tecnológico común que incluye análisis de señales en tiempo real, algoritmos avanzados de procesamiento, interferometría correlativa e inteligencia artificial. Las versiones de gama alta integran transmisores de nitruro de galio, receptores de InGaP o GaAs y un completo paquete de software que garantiza la monitorización, el registro y la operación continuos del sistema.
Según la versión, el sistema puede utilizar antenas omnidireccionales o direccionales, capacidades de interferencia de alcance variable y una potencia de interferencia de entre 5 y 450 vatios, según las bandas utilizadas.
Las versiones más avanzadas incluyen sensores electroópticos e infrarrojos que proporcionan identificación visual complementaria. En la configuración equipada con un radar de banda X, SADEM puede detectar y clasificar drones que no emiten señal de radio. Las cámaras proporcionan observación de largo alcance con un alcance visible de hasta 8 km para drones y 12 km para un objetivo humano de tipo OTAN, mientras que la detección térmica puede alcanzar los 26 km para un dron y los 38 km para una persona. Estos sensores están conectados a cabezales rápidos de giro e inclinación, seguimiento automático y funciones de reconocimiento basadas en inteligencia artificial. El sistema funciona en modo manual o automático, responde en menos de cinco segundos y puede utilizarse local o remotamente dentro de una red segura.
Las capacidades de interferencia cubren las bandas utilizadas por drones comerciales, como las frecuencias de 2,4 GHz y 5,8 GHz, así como las señales de navegación GNSS, como GPS, Galileo, BeiDou y GLONASS. También se ofrecen opciones de suplantación de GNSS, junto con funciones de lista blanca y negra para gestionar selectivamente las frecuencias autorizadas o prohibidas. El usuario puede actualizar la base de datos integrada para seguir la evolución de los modelos disponibles en el mercado.
INVAP se posiciona como una empresa de alta tecnología que desarrolla proyectos a medida para clientes nacionales e internacionales. El creciente uso de sistemas antidrones y el creciente número de escenarios en los que se requieren estas herramientas demuestran la expansión de esta categoría de equipos. La presentación del sistema SADEM en Expodefensa 2025 ilustra esta tendencia e indica que las soluciones de detección y neutralización siguen ganando terreno, impulsadas por la necesidad de proteger infraestructuras críticas en un contexto donde las amenazas de los drones ligeros se diversifican constantemente.


