Esto no se debe a una especial habilidad negociadora de los chilenos. Resulta de las condiciones de la producción de gas en Argentina, subsidiada por el Estado. La pregunta es ¿le conviene esta situación a la Argentina?
Nuestro país estuvo importando gas de Chile por más de 1 millón de metros cúbicos diarios -por el aumento de consumo en los meses fríos. Ahora, como informó AgendAR aquí– el gobierno autorizó las primeras exportaciones de gas al país trasandino. A la mitad del precio que se paga por el gas que importamos.
Las exportaciones no serán ventas eventuales como en el verano de 2017, sino contratos de suministro entre las petroleras Total Austral, Pan American Sur y Compañía General de Combustibles, cada una por separado, y Methanex, la empresa canadiense que tiene filial en el sur trasandino y es la mayor comercializadora de metano en el mundo.
Según la Secretaría de Energía, esto es resultado de los excedentes de gas generados por las políticas de incentivo a la producción. Lo que significa que la producción creció en los últimos meses y hay sobrantes en los meses de primavera por el precio estímulo de u$s 7,50 asegurado por el Estado para el gas, mayoritariamente aplicado en un área de Tecpetrol y otra de CGC donde se verifican fuertes aumentos en la extracción.
A las petroleras no les conviene cerrar los pozos en primavera-verano cuando cae el consumo interno, y no hay todavía posibilidades de almacenar gas en el país.
Pero los excedentes le cuestan al Estado la diferencia entre el valor de mercado y los u$s 7,50 asegurados por el precio estímulo (las petroleras deben ser estimuladas, como se sabe).
También hay sobrante porque todos los días se importan entre 16 y 18 millones de metros cúbicos de Bolivia, y en algunas jornadas de altas temperaturas en verano es necesario recurrir al GNL (gas natural licuado) importado que luego se regasifica.
En resumen, la Argentina importa el gas boliviano a alrededor de u$s 6 por millón de btu, y a algo más de u$s 10 el GNL para regasificar y el gas que se importa de Chile, porque éste también es GNL que el país trasandino regasifica en una planta construida especialmente después de que se cerró la exportación argentina.
A su vez, el gas que se va a vender a Chile tendrá un precio un poco más bajo que el pagado por la Argentina a Bolivia, porque se trata de gas interrumpible, no firme como el boliviano. Así, se puede estimar que por 4 meses, la Argentina exportará gas a Chile a un precio de alrededor de u$s 5, mientas desde julio y hasta esta semana, le compró a ese país unos 1,7 millones de metros cúbicos diarios por más de u$s 10.
Frente a esta situación, algunas voces reclaman la prohibición de exportar. Con más visión de futuro, otros recomiendan que se empiece a planificar cómo almacenar el gas o convertirlo en GNL que se pueda regasificar en invierno. Para que esto último sea factible habrá que comprobar que el aumento de la producción no se va a detener.
(Investigación de Silvia Peco)