(Para resaltar la naturaleza de este proyecto de Presupuesto, y sus consecuencias, nos pareció útil reproducir lo central de este artículo de La Nación -un diario que no puede ser considerado opositor al gobierno- sobre un organismo clave para el campo argentino).
En el Centro de Investigación en Ciencias Veterinarias y Agronómicas (Cicvya) del INTA Castelar con casi 600 personas trabajando y cinco institutos vinculados, este año fue difícil el mantenimiento de laboratorios claves, hay un temor fundado en que el próximo, con un presupuesto menor, varios laboratorios tengan que dejar de operar.
En el proyecto de presupuesto 2019 para el INTA, el organismo sólo contará con fondos por $ 7516 millones. Representa una poda que se reflejará en estos: 19% menos en el rubro insumos para investigación y desarrollo en laboratorio y a campo, elementos de higiene y seguridad laboral, combustibles y aditivos para vehículos empleados en tareas de extensión; 20% menos en servicios básicos, conectividad, seguros, seguridad y limpieza de unidades del INTA, servicios de higiene y seguridad laboral, recolección, tratamiento y disposición final de residuos peligrosos, servicios de agrometeorología y mantenimiento de recursos genéticos; 49% menos en el rubro construcciones, equipamiento y funcionamiento de unidades INTA, equipamiento estratégico, investigación, desarrollo, transferencia y extensión, entre otros.
Con ese recorte de fondos, el pago a los más de 7000 empleados del INTA está previsto en el presupuesto, pero la cuestión pasa por la operatividad del organismo.
«Lo que se ha resentido en 2018 y se profundizará en 2019 con este presupuesto es el equipamiento especial, como los microscopios electrónicos, los secuenciadores automáticos (para el ADN). Se complicó hacer un mantenimiento óptimo. Acá tenemos un laboratorio de bioseguridad 3, donde trabajamos con virus exóticos, como de la fiebre aftosa, y el riesgo es que no se podría seguir trabajando», apuntó una de las autoridades.
Agregó que este año el mantenimiento de muchos laboratorios como de este tipo fue «con lo justo», y que para 2019 hay chances de que algunos dejen de operar. «Vamos a tener dificultades para mantener este centro». Las subas de las tarifas complicaron la situación. Pagan, por ejemplo, entre 1,2 y 1,3 millones de pesos por mes. «Hasta octubre podremos pagar la luz, pero ya no en noviembre».
En Castelar desde hace tres años está parado un laboratorio para pruebas con animales para la vacuna aftosa. Ponerlo en funcionamiento requiere una inversión de US$5 millones hoy no disponible. Según trascendió, el INTA el próximo año tendría dificultades para contar con fondos para investigación.
Mientras en el INTA se preparan para un 2019 estrecho, anteayer hubo despidos de 20 empleados de planta permanente de la Fundación ArgenINTA. La semana anterior hubo una protesta frente a uno de los edificios del organismo, en la avenida Rivadavia, en la Capital Federal.