En el día de ayer el presidente Macri anunció un paquete de medidas: la aplicación de un tope a las cuotas de los créditos hipotecarios UVA, un proyecto de Ley de Alquileres que ya tiene media sanción en el Congreso, y un nuevo llamado del Plan Procrear. Además, afirmó que los créditos de la Anses tendrán más beneficios, para “darles soluciones a la clase media”.
Es evidente que al gobierno le preocupa el malestar que se percibe en ese sector, de donde proviene la mayoría de los votos de Cambiemos. Está por verse si estas medidas alcanzarán a revertir la situación, y también si son compatibles con la política económica que se ha decidido en el marco del acuerdo firmado con el F.M.I. (la segunda versión).
Pero en cualquier caso, influirán en la realidad económica. Por eso, desde AgendAR trataremos cada una por separado, en distintas notas. Ahora, encaramos el tema de los créditos indexados UVA, cuyos montos han sido afectados por la inflación y la devaluación. Todavía el porcentaje de morosidad es muy menor, pero todos los que los han tomado están preocupados.
El incremento en la cuota de los créditos UVA no podrá superar el 10% de lo que aumente el índice que mide los salarios, según informó el ministro del Interior, Rogelio Frigerio. «No estamos viendo -en los bancos- moras en la devolución de los créditos UVA, pero queremos darles previsibilidad a quienes los tomaron».
«Esas cien mil familias (que tienen este tipo de préstamo) pueden alargar los plazos cuando las cuotas se van muy por encima del salario. Eso es algo que ya existía, pero ahora a eso le agregamos que un tope al crecimiento de la cuota que corrige ese desfasaje«, enfatizó Frigerio, en conferencia de prensa.
«Somos conscientes de las dificultades que se presenta las familias que tomaron créditos uva, aunque no estamos viendo moras en los bancos en la devolución, genera incertidumbre y miedo. Con esto se reduce significativamente», agregó.
«Antes de la crisis habíamos llegado a niveles record de créditos hipotecarios, intentaremos retomar ese camino», en tácito reconocimiento al hecho que los pedidos de crédito descendieron bruscamente ante la crisis financiera.
Aclaró además que «no es solo para créditos hipotecarios, también para créditos personales o para compra de vehículos».
Más temprano, Macri había adelantado que «hay casi 100.000 familias que sacaron el crédito UVA, y muchos empiezan a temer por los aumentos», por lo que el Gobierno decidió poner «un tope» a esos incrementos «para dar previsibilidad», al tiempo que prometió que «la cuota no se va disparar», al anunciar en la residencia de Olivos la puesta en marcha de un conjunto de medidas que impulsará el Ejecutivo para reforzar el Plan Nacional de Vivienda.
Los críticos se han apresurado a señalar que, al fijar ese tope del 10%, se está reconociendo que la inflación superará a los aumentos de salarios, por lo menos en un 10%.