La semana pasada el gigante digital Amazon anunció que -ante la pérdida de los bonos extraordinarios que recibía parte de su personal en un nuevo convenio- decidía espontáneamente aumentar el salario mínimo de todos sus trabajadores estadounidenses a 15 dólares la hora. El anunció provocó debate en el mundo empresario yanqui y aún algunos comentarios en la Casa Blanca.
Más allá del contexto actual de la economía norteamericana, el anuncio fue comparado con una de las estrategias empresariales más recordadas de la historia.
Se trata de la que usó en 1914 Henry Ford, fundador de la icónica empresa fabricante de autos. Ese año Ford tomó la decisión de pagarles US$ 5 al día a sus empleados, lo que en aquel entonces era mucho dinero.
Según los analistas, Ford tomó aquella decisión por dos razones: para evitar la rotación constante de trabajadores (que afectaba la producción) y para que sus empleados pudieran comprar los autos que fabricaban. Más de 100 años después, algunos expertos ven cierta similitud en el anuncio de Amazon.
«Es una decisión con un beneficio escondido. Un golpe maestro». Primero, porque el incremento es una motivación para los empleados que le permite a Amazon reducir los altos costos de la rotación laboral.
En la práctica, es un incentivo tanto para los 250.000 trabajadores permanentes que la empresa tiene en EE.UU., y para atraer a unos 100.000 empleados temporales que contrata en las fechas de mayor demanda.
Además, la decisión se produce cuando hay demanda en el mercado laboral en EE. UU. (con el más bajo desempleo de las últimas décadas).
En segundo lugar, porque «le permitirá beneficiarse del enfoque Henry Ford: si pones más dinero en el bolsillo de los empleados, gastarán más dinero en tu plataforma».
Y por último, le permite a la firma presentar una imagen «más favorable» frente a los consumidores.
Amazon siempre está en el escrutinio público, pues alcanzó una valoración de mercado de Mil millones de dólares y su director ejecutivo, Jeff Bezos, es el hombre más rico del mundo.
Según se estima, por esta medida los costos de Amazon podrían aumentar en un rango de US$ 900 millones a US$ 1.800 millones al año, lo cual es menos del 1% de los ingresos del gigante electrónico.
En la actual situación recesiva del mercado argentino, donde las ventas y el empleo disminuyen, esta noticia no es relevante. Pero recuerda un hecho básico de la actividad económica, que las reglas de juego de la valorización financiera hacen olvidar: los trabajadores también son consumidores.