Sorpresa. Esa fue la sensación que tuvieron los presidentes de las automotrices cuando, quince minutos después de la hora prevista para comenzar la reunión para elegir nuevas autoridades de ADEFA, no había ningún representante de Toyota.
Sabían del malestar de esa marca por la forma en que se llegaba a ese acto pero no imaginaron que podía provocar semejante desplante. Se equivocaron. No hay antecedentes en la historia de la entidad de un «portazo» de estas dimensiones.
La firma japonesa salió a aclarar públicamente que «Toyota tiene una filosofía de hacer negocios diferente a la mayoría de las automotrices en la Argentina. Por esta razón, entendemos que no somos los más indicados para representar los intereses de esta mayoría. Mantendremos nuestro foco en nuestra estrategia de largo plazo, concentrada en: incremento de la producción y localización de partes, aumento de las exportaciones y búsqueda de nuevos mercados. Creación de más y mejores empleos de calidad, ofreciendo la mejor opción de productos y servicios a nuestros clientes y consumidores y generando valor económico, social y ambiental para el desarrollo sustentable del país«.