En AgendAR discutimos si esta nota era relevante para los argentinos. Es cierto que un porcentaje cada vez más alto de las transacciones bancarias se hacen por Internet, en la PC o en el celular: el homebanking. Pero son las páginas de los bancos.
Bueno, eso está cambiando. Hace poco publicamos de las fintech Moni y Wilobank, empresas financieras «domiciliadas» en plataformas y apps. Y ahora Mercado Libre permite hacer inversiones financieras: un Fondo Común regulado por la Comisión Nacional de Valores (Eso sí, administrado en conjunto con el Banco Industrial BIND). Cambia, todo cambia…
«Modernizarse o extinguirse, parece ser el lema. Así como Amazon revolucionó la industria del retail, Uber modernizó la manera de viajar y Netflix transformó el mundo del entretenimiento, cada industria está atravesando su transformación de la mano de la tecnología. A esta tendencia no escapa el mundo de los negocios y los bancos. Las cifras hablan por sí solas: a nivel mundial, el 20% de los pagos ya es acaparado por las fintech.
«Los bancos argentinos están haciendo un gran esfuerzo para desarrollar propuestas de este tipo, tomaron nota de que deben reconvertirse y la batalla la están librando. En la transformación digital, lo más difícil es crear productos totalmente nuevos, que nazcan digitales», explica Francisco Nelson, Director de Transformación Digital de Axxon Consulting, que asesora a empresas de servicios financieros, retail, sector público, manufactura, logística y distribución para que inicien y desarrollen su proceso de reconversión.
«Cuando pienso en el banco del futuro pienso en Amazon», afirma. «No es un banco, no tiene sucursales, pero desde hace 15 años viene lanzando productos que casi lo convierten en uno. Incluso compró un banco y lo utiliza para emitir tarjetas de crédito. Podés pagar con su moneda propia, tener una caja de ahorro, guardar tus saldos, tener la tarjeta Amazon con beneficios en las compras… todos servicios que brinda un banco tradicional».
En los últimos 5 años, el ecosistema fintech generó un impacto global con la aparición de alrededor de 5 mil empresas que resuelven distintas problemáticas de los negocios. «La inversión en startups del rubro superó en 2017 los u$s 1.000 millones y seguirá creciendo. Es un volumen muy importante y no tiene límites. Los bancos participan muchas veces como fundadores o inversores para no quedarse afuera».
La tecnología, las finanzas y las nuevas generaciones de usuarios encuentran allí su punto de contacto. «Mi hijo de 18 años tenía una extensión de mi tarjeta de crédito, pero la perdió y empezaron sus complicaciones para conseguir una nueva, debía ir hasta la sucursal, etc. Entonces lo que hizo es dar de alta una cuenta en un banco digital y la tarjeta le llegó al día siguiente, y además cuando viaja le sirve para demostrar que es estudiante. Hay un diálogo perfecto entre las propuestas modernas de los bancos y los millennials».
Nelson afirma que todos los principales bancos de Argentina están en ese proceso, no solo para retener o captar clientes, sino como simple método de supervivencia: «Estos cambios no son fáciles de hacer, pero las grandes organizaciones los emprenden porque entienden que hay una amenaza muy grande sobre el negocio tradicional. Se reconvierten o corren el riesgo de desaparecer».