La combinación de recesión y tasas de interés astronómicas se cobró dos nuevas
víctimas «de fuste». La cadena de heladerías Persicco y la marca de cereales 3 Arroyos solicitaron la apertura de su concurso preventivo.
En el caso de Persicco, la firma General Sweet (la razón social de la marca) pidió su
concurso tras declararse en cesación de pagos en abril pasado. Cuenta con dos decenas de locales, entre propios y franquicias, distribuidos en Capital Federal, el Gran Buenos Aires y la costa Atlántica.
Los problemas que enfrenta Persicco se suman a los de su competidor Freddo. La
tradicional cadena de heladerías, que fue la empresa original de la que derivó Persicco,
anunció hace unas semanas el cierre de su planta en Balvanera y la tercerización de su
producción. La suerte de estas dos marcas «top» mide la pérdida de poder adquisitivo de la otrora poderosa clase media alta urbana argentina. Ir a estas heladerías era un programa familiar habitual, luego un lujo caro, y en 2018, un gasto imposible.
3 Arroyos fue fundada hace 30 años. Inicialmente, la firma estaba concentrada en la elaboración de avena para abastecer a la industria alimenticia y en los ’90 comenzó a desarrollar su propia línea de cereales para el desayuno y barras de cereal. Bien anclada en los supermercados y como sumadora de valor agregado a las producciones de la Pampa Húmeda, una firma como Tres Arroyos no tiene reemplazo en una economía que se primariza cada vez más.
La empresa arrastraba problemas en los pagos desde hacía varios meses, según habían denunciado los trabajadores de la planta ubicada en la ciudad de Tres Arroyos, en el sur de la provincia de Buenos Aires. Para esa ciudad rumbosa y bien cuidada, muy habitada aún por descendientes de inmigrantes daneses, éste puede ser un golpe muy duro.