El 2018 podrá ser recordado como el año en el que se rompieron todos los pronósticos. Al menos, los optimistas. El desfasaje en las previsiones que comenzó en mayo con la corrida cambiaria y el salto en el tipo de cambio, dejó en offside a las proyecciones de gran parte de los ejecutivos de empresas líderes de comunicaciones que imaginaban un año récord y terminaron aceptando un empate o una caída mesurada en los volúmenes de comercialización.
Pese a ser uno de los sectores más calientes en términos de demanda, la venta de celulares y de smartphones en particular, no pudo escapar a la caída generalizada. Las compañías productoras de equipos ya comenzaron a cerrar los números para este año. Es el caso de Motorola, que esta semana concretó un nuevo lanzamiento para la gama media y cuyos directivos reconocen una caída general del mercado en torno al 20%.
Germán Greco, gerente General de Motorola Argentina, destacó que el mercado argentino pasaría de 10,5 millones de unidades comercializadas en 2017 a unas 8,5 millones este año. El golpe es aún más fuerte si se considera que los planes de producción y de comercialización estaban pensados, a principios de año, para una temporada de venta en torno a los 11 millones de celulares.