A partir de la reciente revisión del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, la Argentina pasa a ser el principal deudor global de la cartera de préstamos del organismo. Esto ya había sido anticipado al empezar las negociaciones, pero es llamativo que, con un 27,9% del total de préstamos concedidos a países, Argentina ha dejado atrás a Grecia (16%), Ucrania (14%), Egipto (10,1%) y Paquistán (8,1%) en la carrera de deudores.
La Universidad Nacional de Avellaneda, que ha preparado un crítico informe en base al «Country Report 18/297″ del FMI, destaca que, del total de la deuda contraída, “una enorme proporción se desembolsará antes de fines de 2019”, pero se deberá devolver en más del 85% en el mandato del próximo gobierno».
(Corresponde aclarar aquí que la práctica habitual del Fondo, y en general de los prestamistas internacionales, es la renegociación al vencimiento. Es cierto que esas renegociaciones nunca son sin costos).
El informe de la UNDAV continúa diciendo: “Se trata de un acuerdo supeditado a condicionalidades en el manejo de las finanzas públicas, que implican la agudización del proceso de ajuste fiscal. Para el año próximo se prevé una baja en el gasto de más de 350 mil millones de pesos en el Presupuesto”.
El trabajo señala que el Fondo Monetario reconoce una situación económica deteriorada mucho mayor que en el informe del primer acuerdo -poco más de tres meses atrás- ya que las “estimaciones del organismo multilateral han pasado de pronosticar un escenario de escaso crecimiento del 0,4% para 2018, a un panorama de abierta recesión, con una caída de 2,8%” este año, mientras que para 2019, la estimación pasó de un leve crecimiento de 1,5%, a una nueva caída, de -1,7%.
Asimismo, la alta casa de estudios pronostica que “el oficialismo terminará con magros desempeños en materia económica, ya que acumulará una caída del PBI del orden del 3,5% en sus 4 años de mandato, en tanto que el consumo privado bajará 12% y la inversión 11,2%”. Respecto al consumo, estima que la caída será mayor “teniendo en cuenta el fuerte golpe que han recibido los ingresos de las clases medias y bajas”. En ese contexto, el FMI pronostica una caída del consumo privado de 9,9% para 2018 y de 4,6% para 2019.
El acuerdo tampoco serviría para favorecer la prometida “lluvia de inversiones”, porque según el mismo Fondo Monetario, la inversión volverá a caer en 2019 y será 11,2% menor que los niveles de 2015. También habría una baja en las inversiones extranjeras directas (IED) con respecto al 2015, porque las mismas van a promediar en 2019 un volumen de 0,4% del PBI, cuando en en ese año estaban en el orden del 1,7%.
En el informe alertan sobre el crecimiento de la deuda pública en relación al PBI, que se estima representará el 81% en 2018, cuando en el acuerdo anterior se estimaba sería de 64,5%. Asimismo, advierten que “este indicador podría agravarse significativamente en el caso de un nuevo salto en el tipo de cambio, y una caída mayor en el PBI”.