El deterioro salarial y la menor capacidad de ahorro provocados por el combo de devaluación con aceleración inflacionaria. se reflejó en una caída en los tres últimos meses del flujo de dinero enviado al exterior por los inmigrantes, y aumentó el ingreso de fondos que remiten argentinos que viven afuera para ayudar a sus familiares a enfrentar la crisis económica.
«Esos giros provienen de Estados Unidos y España, y en menor medida, de México, Italia, y países limítrofes como Perú, Chile, y Uruguay”, indicó Maximiliano Babino, el vicepresidente y gerente general de Western Union en América del Sur, una de las principales empresas de envío y recepción de dinero internacional, y que desde 2006 también es dueña de Pago Fácil.
El empresario señaló que “de agosto hasta acá, somos más receptores que «enviadores» de dinero. Crece más la cantidad de plata entrante al país que la que sale”. Al respecto, precisó: “hoy el flujo es 60% entrante, 40% saliente, por efecto dólar, pero si se toma el acumulado enero-octubre, la proporción es inversa”.
Las remesas que ingresan al país “están cerca de 300 dólares en promedio, mientras que los inmigrantes de acá están mandado alrededor de 200 dólares”.