Según publica el Financial Times, un medio inglés muy bien informado en los temas de las finanzas internacionales, ya empieza a circular el borrador de la declaración conjunta que firmarían los gobiernos que forman parte de esta reunión del G20 en Buenos Aires. Y no contiene un compromiso explícito de lucha contra el proteccionismo, como se juramentó en todas las ocasiones previas.
El borrador pide a los países «reconocer la importancia del sistema multilateral de comercio» y «trabajar para mantener los mercados abiertos y garantizar la igualdad de condiciones». Pero hasta ahí llegaría la defensa del libre mercado. Según destaca el F. T., el lenguaje antiproteccionista ha sido un dato básico de las promesas del G20 desde que el foro se convirtió en una ocasión de la diplomacia internacional, en 2008.
Es cierto que, como dice en alguna parte Shakespeare, es un compromiso más honrado en la ruptura que en el cumplimiento. La Unión Europea, con fanatismo casi vegano, defiende a los agricultores franceses, y, en realidad, a todo grupo con poder electoral. Lo mismo hacen EE.UU., Japón,… China, el actual campeón del libre comercio, no quiere comprarnos el aceite; «nosotros procesaremos el poroto de soja, gracias», nos dice.
Pero para los «formadores de opinión», y para quienes se toman en serio las solemnes declaraciones, se trata de una demostración de la decadencia del poder de la opinión publicada.
La decisión de no mencionar la lucha contra las trabas comerciales evidentemente se origina en el hecho que el presidente del país que todavía es el más poderoso tiene el discurso de la defensa de las empresas y los empleos estadounidenses, y no está dispuesto a suscribir declaraciones que lo contradigan. Aunque sean pura hipocresía.
Trump impuso aranceles a sus aliados estratégicos, entre los que están desde Canadá a Japón y la Unión Europea y se trenzó en una guerra comercial con China. Es difícil pensar que firmará un documento que contradiga su discurso.
La declaración que se está negociando ofrece apoyo para aumentar el financiamiento para el FMI, que se ha embarcado en una campaña de recaudación de fondos para aumentar sus arcas en caso de otra crisis financiera mundial, indica el Financial Times. «Reafirmamos nuestro compromiso de fortalecer aún más la red de seguridad financiera mundial con un FMI fuerte, basado en cuotas y con los recursos adecuados en su centro», dice el documento.
El borrador del comunicado también incluye un lenguaje mucho más suave sobre el cambio climático que las declaraciones anteriores del G20, también en consideración a la postura de Estados Unidos.