Las recientes turbulencias financieras en el mundo y las presiones generadas por disputas arancelarias han tenido efectos dispares en las economías de América Latina, señaló la Organización para el Comercio y el Desarrollo (OCDE) en su último informe, en el que pronosticó un mayor deterioro de la actividad en Argentina y Brasil en 2019.
En contraste con la proyección anterior de una expansión de un 0,1%, la entidad ahora estima que el PIB local se contraerá un 1,9% en 2019, como consecuencia de desequilibrios fiscales y de las políticas de ajuste del Gobierno de Mauricio Macri. Para este 2018 calcula una contracción de un 2,8%
Para el caso de Brasil, en su reporte de noviembre, la OCDE mantuvo su previsión de crecimiento durante este año en un 1,2%, pero ahora prevé que la mayor economía de América Latina se expanda un 2,1% en 2019, menos que el 2,5% que había anticipado.
Respecto al escenario global, recortó por segunda vez en dos meses sus previsiones de crecimiento para 2019, instando a los Estados a prepararse para «tiempos más difíciles» y a reforzar su colaboración por temor sobre todo a la guerra comercial.
La OCDE es el «club de países desarrollados» al que el gobierno de Macri espera acceder después de la reunión del G20. No hay nada negativo en eso, por supuesto, pero sería mucho mejor llegar a ser un país desarrollado.