Septiembre fue el peor mes -hasta ahora- para shoppings y supermercados. La devaluación de más de 30% que se registró en los primeros días del mes (el alza del precio del dólar que arrancó a fines de agosto) pegó en los precios. El «pass through» que el Gobierno suponía superado.
Según los datos publicados ayer por el INDEC, los supermercados sufrieron una caída real de 7,9% en su facturación, los mayoristas una de 15,4% y los shoppings una contracción de 15,1% en sus ventas.
Además los supermercados volvieron a registrar destrucción de puestos de trabajo, que ya venían en franco retroceso. Durante septiembre el empleo del sector cayó 2,4% en relación a un año atrás.
Septiembre registró una inflación de 6,5% , la más alta desde 2002. Esa suba en los precios al consumidor pegó naturalmente en los bolsillos. El Índice de Salarios del Indec se va a publicar recién el jueves y ahí se calculará la variación del salario real, pero promete ser dura. Sólo en agosto los salarios perdieron 1% real contra los niveles de julio y 9,4% interanual, según los datos oficiales.
Y esta dinámica no se detiene: rápidos de reflejos, a las pocas horas del alza del dólar de ayer, varios empresarios de la alimentación comenzaron a informar a cadenas de hipermercados, supermercados provinciales, autoservicios, almacenes y centros mayoristas que -en principio- el aceite, la harina y el arroz subirán el 5% en las próximas horas, ya que están «atados» a la cotización de la divisa estadounidense.