No tienen una carrera en el ámbito científico y por lo general sus nombres permanecen en el anonimato. Sin embargo, destinan parte de su tiempo, conocimientos, bienes y hasta su cuerpo para que la ciencia avance.
Son aficionados que por su número y aporte a investigaciones constituyen el fenómeno llamado “ciencia ciudadana”. Una práctica que, de la mano de la tecnología, crece en Argentina.
“En el siglo XX los proyectos más grandes eran los de avistaje de aves, ahora hay de distintos tipos y lo que cambió es que se puede participar con el celular”, señala el sociólogo Mariano Fressoli, del Centro de Investigaciones para la Transformación.
Las claves para que un proyecto de ciencia ciudadana tenga apoyo son “una pregunta que a la gente le interese o le genere curiosidad y un método sencillo para participar”, afirma la bióloga Lucía Mentesana, investigadora a cargo del proyecto Hornero, junto con su par Nicolás Andreani.
La propuesta de estos investigadores consiste en bajarse la app Hornero, tomar fotos de los nidos, establecer su ubicación, orientación y responder algunas preguntas sobre altura y ambiente. El objetivo es saber por qué el hornero construye el nido en forma asimétrica.
“Podríamos hacerlo los dos solos –agrega–, pero tendríamos muy poquititos puntos, entonces decidimos realizarlo con la gente para ser muchos ojos en muchos lados”. En dos meses ya tienen 3 mil nidos registrados no solo en Argentina sino también en Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay. En septiembre, con lo que estiman será una buena base de datos, comenzarán a analizar la información que estará disponible para todos.
El investigador del Conicet Joaquín Cochero desarrolló las aplicaciones GeoVin y Caza Mosquitos, que registran insectos como la vinchuca y el Aedes aegypti. Ambas generan datos que usan los científicos y, como contrapartida, los expertos se comunican con el usuario para confirmar si se trata de una vinchuca capaz de transmitir Chagas, por ejemplo, y dan recomendaciones.
Como investigador en ecología de aguas Cochero creó también en 2017 AppEAR: “cuando vas a un río, laguna o el mar, la app te va haciendo contestar preguntas, tomar fotos y te da un índice de la calidad ecológica del lugar”.