Ayer jueves el gobierno anticipó los aumentos de las tarifas que afectan directamente al mayor número de ciudadanos: electricidad, gas y transporte público. De acuerdo al anuncio, se van a producir en distintas fechas del 1° semestre del año que empieza este martes.
A los aumentos escalonados de un 40% en colectivos y trenes de la Ciudad y Gran Buenos Aires que comienzan en enero (casualmente, afectan directamente a un 40% de los argentinos), se sumó la noticia de los que se harán en la energía eléctrica y el gas. La secretaría de Energía dispone para los primeros meses de 2019 un incremento del 55% acumulado promedio en las boletas de luz y un 35% en la factura del gas.
El año que viene habrá cuatro subas en las boletas de Edesur y de Edenor. En febrero habrá un aumento del 26%, otro en marzo del 14%, un tercero en abril del 4% y un cuarto en agosto del 4%. Como son acumulativos, el resultado será de un 55% por encima de los valores actuales (que ya los usuarios consideran bastante altos).
La Secretaría de Energía aseguró que para el segundo semestre de 2019 no se registrarán incrementos en las boletas de los servicios de energía eléctrica. En realidad, esta es la última vez que el ENRE autoriza los aumentos de las distribuidoras. A partir del año próximo, esa facultad pasará a un nuevo ente a crear entre la Ciudad y la provincia de Buenos Aires.
Para el gas, el gobierno proyecta una suba en promedio del 35% para 2019. La fecha y porcentaje preciso dependerá de la audiencia pública que se realizará en abril.
Estos aumentos, según lo que en Energía dicen a los periodistas en forma extraoficial, están calculados muy encima de la inflación proyectada (por el gobierno), para disminuir los subsidios y acercarse al «déficit cero».
En AgendAR nos preguntamos si alguien puede creer que no van a tener impacto en la inflación. Que estos aumentos no serán una parte de la inflación real. Tal vez sea algo apropiado para hoy, que en el calendario es el Día de los Santos Inocentes.