El 2018 ha concluido, para todos los fines prácticos. Sólo restan reuniones familiares… Todo lo que nos pasó a los argentinos está fresco en la memoria. Por eso mismo, vale la pena repasarlo, para que recordar lo sorpresivo que fue para la gran mayoría de los argentinos. Nadie lo había anunciado, salvo algunos economistas. Que no fueron escuchados por los que toman las decisiones.
Esta crónica describe en forma muy resumida lo que pasó este año en la economía argentina, sector por sector. Incluso los beneficiados, que los hubo:
«La fuerte depreciación del peso, la suba de precios y el incremento de las tasas de interés impactaron en todos los sectores, en su gran mayoría en forma negativa, aunque con excepciones. Comenzó una etapa recesiva y el gobierno prevé una fuerte contracción de cerca del 2,5% del PBI. En el acumulado anual del Estimador Mensual de la Actividad Económica muestran una caída del 1,5 hasta septiembre. Veamos la evolución de cada sector.
El año 2017 había cerrado con el Gobierno en la ofensiva. El pacto fiscal y la reforma previsional, sancionadas en medio de un fuerte rechazo social en diciembre, significaron sendas victorias para el plan económico de ajuste del Ejecutivo. La aprobación del presupuesto en el mismo mes proponía una inflación promedio del 15,7%, un crecimiento del PBI del 3,5% y un dólar a $19,3. En tanto que el BCRA auguraba una suba de precios de entre el 8 y el 12%.
Días después de la sanción del Presupuesto, la conferencia de prensa de los ministros de Hacienda y Finanzas Nicolás Dujovne y Luis Caputo, con el por entonces titular del BCRA Federico Sturzenegger y el jefe de Gabinete Marcos Peña, ya mostraba los primeros ruidos: cambios en la meta inflacionaria que la elevaba al 15% por parte del Central, que igual representaba una caída de 10 puntos respecto al 25% de 2017.
Con el inicio de 2018, los cimbronazos económicos no tardaron en llegar. La inflación empezó a crecer a un ritmo frenético, superando la meta en el primer semestre al llegar al 16% y se estima que cerrará el año por encima del 45%. Esto, poco a poco, comenzó a paralizar el consumo.
El tipo de cambio saltó de $18 a cerca de $42 por dólar y las tasas de referencia del BCRA pasaron del 27,5% (que ya eran elevadas en enero) al 40% con el reemplazo de Sturzenegger por Caputo en el BCRA, para luego superar el 70% (para las Letras de Liquidez a 7 días) ya con Guido Sandleris. Esto impactó en el día a día de la sociedad y en cada uno de los sectores de la economía. El año cerrará con números en rojo oficializando la recesión y con un pronóstico contractivo también para 2019.
Agro
El sector, principal fuente de ingreso de dólares al país, fue uno de los más afectados debido a situaciones que escapan al manejo gubernamental. De acuerdo a cifras a septiembre del EMAE del INDEC, el año comenzó con un incremento bimestral: enero creció 7,5% con respecto a igual mes de 2017, mientras que en febrero mostró subió 4,4%.
A partir de marzo, por la sequía, se inició una etapa fuertemente negativa con una caída del 2,6% (respecto a la suba de 7,1% de 2017) para luego profundizarse en abril con una baja del 28,8%. Después, las lluvias comenzaron a aliviar las condiciones, pero esta mejora llegaría recién en las cifras de agosto con un incremento del 1,2% y de 2,2% para septiembre: en el interín, mayo registró la caída más grande con el 33,3%, mientras que en junio fue del 32% y julio del 10,5%.
En el periodo enero-septiembre, la retracción en el sector trajo aparejada la caída en la venta de maquinaria agrícola de 4,8%, en comparación con igual período del año 2017, con una facturación total de $ 21.239 millones. Pese a tratarse de un año negro para el campo, desde la Bolsa de Cereales de Buenos Aires auguran que el sector será el único con crecimiento para 2019, aportando un aproximado de 1,6 al PBI por la depreciación.
Industria:
En este sector, los primeros meses del año mostraron subas con respecto a 2017, pero a partir de mayo comenzó a registrar bajas producto de la fuerte devaluación (que encareció los insumos importados) y la caída del consumo.
El año comenzó con una suba interanual en la actividad industrial del 2,6% en enero, según el Estimador Mensual Industrial (EMI). Esto se dio principalmente por el impulso del rubro de minerales no metálicos (14,8%), las industrias metálicas básicas (14,6%), la metalmecánica excluida la industria automotriz (4,9%), el bloque de papel y cartón (4,2%), la elaboración de sustancias y productos químicos (3,7%) y la edición e impresión (2,9%). Las caídas registradas en el resto de los rubros aún no impactaban dentro de la economía general.
Al principio, todo parecía augurar un tercer año con buenos números para el Ejecutivo. Febrero cerró con un incremento del 5,3%, por el impulso principalmente de la industria automotriz (61,3%) y las industrias metálicas básicas (29,8%). Para marzo, las cifras promedio registradas reflejaron una suba de 1,2% con respecto a igual período del año anterior, mientras que abril lo hizo en 3,4%.
Sin embargo, el quinto mes inició una caída que hasta octubre (último mes relevado) no se detuvo. Mayo registró una baja del 1,2% interanual, debido a una ralentización de la suba de aquellos rubros que meses atrás registraban cifras por encima de los dos dígitos y que ahora se ubicaron por debajo del 10%. Esto puede explicarse en parte por una merma en la demanda interna.
Con la depreciación del peso registrada en el quinto mes, la industria comenzó a sufrir una de las peores caídas de los últimos años. En junio, el golpe en la industria fue acentuándose con una retracción del 8,1% en el EMI producto de las disminuciones en refinación del petróleo del (-19,9%), en la industria automotriz (-11,8%), en los productos de caucho y plástico (-11,1%), la metalmecánica (-10,9%), la industria textil (-10,8%), la elaboración de sustancias y productos químicos (-10,0%), la industria del tabaco (-9,7%), la industria alimenticia (-5,4%), la edición e impresión (-4,2%), los productos minerales no metálicos (-3,7%) y el bloque de papel y cartón (-1,2%). Solamente las industrias metálicas básicas registran una suba que se ubicó por debajo de los dos dígitos: 9,8%.
El inicio del segundo semestre también continuó con fuertes bajas en los indicadores ya que julio reflejó un -5,7% interanual, agosto -5.6% y septiembre mostró la acentuación en el sector industrial con la contracción más elevada del año: –11,5%.
El último dato informado por el INDEC con respecto al EMI fue octubre. El décimo mes mostró coronó la sexta caída consecutiva del 2018 con un -6,8%, lo cual ubicó al acumulado anual en un -2,5%.
En tanto que la capacidad instalada de la industria reflejó que de los doce sectores relevados al último dato correspondiente a octubre, diez de ellos mostraron retrocesos interanuales. El promedio total cerró en 64,8%, un total de 3,5 puntos por debajo en comparación interanual, siendo la industria automotriz una de las más golpeadas.
En el año, el sector automotriz, los textiles, la industria metalmecánica (excluido el automotriz) y la refinación de petróleo sufrieron las caídas más notorias que en algunos casos superó los diez puntos interanuales y llegó a alcanzar los veinte puntos. El sector vinculado a los hidrocarburos mostró una tibia recuperación en octubre.
La industria automotriz registró el peor índice respecto a uso de maquinaria de todos los sectores relevados al ubicarse en el 44,8% durante septiembre (debido a una baja de 12.3 puntos interanuales). Esto es a raíz de una contracción en la venta de autos al mercado interno, que se reflejó en un derrumbamiento del 45% en los patentamientos, la peor caída desde 2002.
Este descenso en la capacidad instalada impacta de lleno en la tasa de empleo y por ende en la de desempleo, ya que la baja en la producción tiene su traslado directamente a la reducción de personal. La baja demanda de productos por parte de los consumidores termina afectados los ingresos de las empresas. Ante esto, crecen los despidos y las suspensiones, producto del achique de costos: la tasa de desempleo del segundo trimestre se acercó a los dos dígitos (9,6%), cifra registrada por última vez en 2006 (10,2%).
El único sector que mostró números optimistas fue la industria metálica básica. En los últimos 20 meses, registró crecimiento sostenido y consecutivo en la capacidad instalada de maquinarias y equipos, con un punto máximo en abril de este año con el 88,6%. Esto es debido a un aumento en la producción de acero crudo y de aluminio primario, según informa el INDEC.
Otro dato que se desprende del EMAE y que ayuda a comprender la evolución de la actividad económica en el año, tiene que ver con la contracción en la “Industria manufacturera” que cayó 10,8% en septiembre y acumuló la quinta baja consecutiva iniciada en mayo.
Comercio
En el caso de “Comercio (minorista y mayorista)”, el año comenzó con cifras optimistas en comparación interanual, con un crecimiento en enero, febrero, marzo y abril (5,2%, 8,4%, 4,7% y 5%). Sin embargo, el traslado a precios de la devaluación que profundizó la inflación registrada en los primeros meses, paralizó el consumo: mayo culminó con un 0% de variación interanual, mientras que a partir de junio inició la caída con un 9%; julio bajó 7,1%, en agosto la contracción fue de 6% y septiembre cerró -12,8%.
El sector pyme es el que más viene sintiendo el impacto de la caída del consumo, de la depreciación y de las dificultades para acceder al crédito ante las altas tasas financieras. Desde CAME informaron que octubre cerró con una caída del 5% y acumula la sexta baja consecutiva en el año. En tanto que entre enero-octubre se registra una contracción del 1,9% interanual.
CAME detalló que las bajas más acentuadas “se dieron en Calzado y marroquinería´ (-15%),
Productos de caucho y plástico´ (-10,8%), Productos de madera y muebles´ (-10,4%),
Papel, cartón, edición e impresión´ (-8,5%), Productos de metal, maquinaria y equipo´ (-7,3%),
Material de transporte´ (-3,3%), Productos textiles y prendas de vestir´ (-3,3%) y
Productos eléctrico-mecánicos, informática y manufacturas´ (-2,5%). En cambio, no tuvo variación la producción de Productos químicos´ y crecieron la
Industria alimenticia´ (0,1%) y `Minerales no metálicos´ (1,6%)”.
El sector que corresponde a las actividades inmobiliarias, con buenos números a inicio de año, inició una tendencia contractiva posteriormente a la crisis cambiaria. En enero, el clima en el sector mostraba un alza del 4,6% en comparación interanual. Posteriormente, registró una suba de 4,1% en febrero, de 3,5% en marzo y de 5,2% en abril. Sin embargo, a partir de mayo inició un notorio descenso: en el quinto mes registró crecimiento de 4,2%, en junio de 2,3%, en julio se ubicó en la misma cifra (2,3%), en agosto cerró 1,1% mientras que septiembre finalizó con una suba de 0,4%.
Energía (uno de los dos beneficiados)
El sector energético fue beneficiado en 2018, por el alza de tarifas y precios pero también por un incremento en la producción. En el caso de las distribuidoras, les permitió dar vuelta la situación de los últimos años y alcanzar cifras positivas en los meses recientes, pese a la continuidad de cortes en el suministro.
En ese sentido, desde el Instituto Argentino de la Energía informaron que al mes de agosto de los precios mayoristas alcanzaron un incremento del 43,1% durante 2018, mientras que la suba interanual fue del 51,4%. Por un lado, el desagregado muestra que “Petróleo crudo y gas” se incrementó 95,7% (interanual) y 84,2% en los ocho meses de 2018. Por otro lado, los refinados de petróleo crecieron 61,7% en comparación interanual y 42,9% en los ocho meses de 2018. A su vez, remarcan que el valor de la energía eléctrica se incrementó 79,9% (interanual) y acumula un aumento de 43,3% entre enero-agosto de 2018 respecto a igual periodo del año anterior.
Asimismo, desde el IAE detallaron que “los aumentos más importantes acumuladas a agosto de 2018 fueron para CAMMESA ($ 55.108 millones) que aumentó 57,5% y ENARSA ($ 20.557 millones) con un incremento de 311% respecto a igual periodo del año anterior». Los aumentos en las transferencias a dichas empresas «están vinculados a la devaluación de la moneda y su impacto en los combustibles que hicieron crecer los subsidios energéticos un 204% en agosto respecto a igual mes del año anterior”.
Por el lado de las distribuidoras, Edenor informó a la Bolsa de Comercio haber obtenido ganancias durante el tercer trimestre de 2018 por $ 2.100 millones. Esto representó un incremento de $ 900 millones con respecto a lo consignado por la empresa en el balance del mes de junio.
En el caso de Edesur, la compañía informó una ganancia operativa de $3.322 millones que representa un incremento de 284% en comparación a 2017. De esta manera, logró obtener una utilidad de $ 473 millones.
Finanzas (el otro privilegiado)
El sector financiero coronará un año a toda marcha con una ganancia por muy encima de la inflación, a pesar del clima recesivo. El informe del BCRA remarca que en el mes de septiembre, las entidades financieras lograron un crecimiento interanual del 73,26% en sus beneficios, producto en gran parte de la depreciación del peso que multiplicó sus beneficios en base al tipo de cambio. En tanto que en el acumulado de los nueve meses, la variación alcanza el 86,27% interanual.
Para el conjunto
Pese al buen panorama de algunos sectores, el grueso de la economía culminará 2018 en recesión. De esta manera, Mauricio Macri cerrará el tercer año de Gobierno con un triste dato: desde diciembre de 2015 a fin de este año, habrá acumulado mayor cantidad de meses con cifras negativas (19) que positivas (18) lo cual, podría profundizarse si las previsiones para 2019 se cumplen.
Si bien la situación encontrará cierto alivio e impulso para los próximos meses de la mano del campo, el PBI mostrará una nueva caída de 1,9% según cifras oficiales. En tanto que la producción industrial no correrá la misma suerte que el sector agropecuario y complicará la recuperación, ante un achique en mercado interno producto de una masa asalariada golpeada por las fuertes pérdidas en el poder adquisitivo.