La salida de Javier Iguacel de la Secretaría de Energía produjo cambios en medidas puntuales, en la comunicación de esas medidas, y también en la relación con algunas de las petroleras. Pero no hay modificaciones de la política energética. Es la política del presidente Macri.
El nuevo Secretario de Energía Gustavo Lopetegui le comunicó ayer al gobernador de Neuquén Omar Gutiérrez que los ocho proyectos de producción de gas en Vaca Muerta que todavía esperan el visto bueno del Gobierno Nacional serán aprobados este mismo mes. Fue 24 horas después de la reunión del gobernador con el presidente en La Angostura.
Se trata de una inversión de US$ 8.000 millones que significará la perforación de 212 pozos y 2000 nuevos puestos de trabajo en Neuquén. Todo en el periodo 2019 al 2021. Quedan desmentidos los rumores de que el gobierno iba a reducir un 50% los subsidios de U$S 1.200 millones que se otorgan a este nuevo tipo de explotaciones gasíferas en Vaca Muerta.
El argumento del gobernador neuquino -y de las petroleras- es que la importación de 20 MM m3/día de gas le significan a la Argentina US$ 200 millones cada mes, US$ 2400 millones al año (tomando como base un valor de US$ 8,50 por millón de BTU). Al precio de importación de Bolivia, US$ 7 por millón de BTU, la cifra llega a los US$ 160 millones mensuales, US$ 1900 millones al año.
Las petroleras prometen que cuando los proyectos estén en plena actividad generarán “una producción de 13 MMm3/d en 2019, de 17 MMm3/d en el 2020 y de 20 MM3/d en el 2021”.
En nuestra opinión, y pese a las objeciones de Hacienda, muy consciente del rojo fiscal que estos subsidios aumentan, el mantenimiento de los subsidios «estaba cantado». Este gobierno apostó a Vaca Muerta desde el comienzo -aún más que el anterior, que depositó ahí muchas expectativas. Y hoy no tiene otra cosa que pueda mostrar como legado de su gestión.
A lo sumo, como señala algún periodismo, se pondrían límites al pago por producción excedente que hoy reciben Tecpetrol de Techint y CGC de Eurnekian.