El «veranito» del dólar estable, se siente solamente en la «city». Según el EMI (Estimador Mensual de la Industria) más reciente del INDEC, la actividad industrial mostró una caída respecto del año pasado por 7° mes consecutivo. En noviembre, el sector registró un retroceso del 13,3%.
Y la construcción descendió un 15,9%, la mayor caída en casi dos años.
Ambas cifras destacan a sectores particularmente afectados no solo por el ciclo recesivo que experimenta la economía desde mediados de 2018; también por un alto piso de comparación. A fines de 2017, la industria manufacturera mostraba ciertas señales de recuperación y el sector de la construcción acumulaba un año excelente.
Lo que está sucediendo con la construcción, en particular, da para reflexionar. Es la industria que necesita menos insumos importados, en relación al producto. No debería estar afectada por la crónica escasez de divisas que afecta a la actividad industrial argentina.
También es la que proporciona empleo genuino a una gran cantidad de personas, muchas de ellas sin estudios. Probablemente, es la mejor forma de enfrentar rápido el problema de la pobreza en Argentina.
Y según datos recopilados por el periodista Ismael Bermúdez, afectados por el menor nivel de actividad del sector, los puestos de trabajo en la construcción registrados bajaron a 419.008 (un descenso de 2,3% interanual) en octubre.
Mientras que el salario promedio se ubicó en $ 22.340 (una suba del 28,3%), lo que significa una baja real del 12% interanual, por la alta inflación.