El gobierno uruguayo cerró una extensa negociación con UPM-Kymmene Corporation -una empresa finlandesa dedicada a la fabricación de pulpa de celulosa, papel y madera, dueña de la ex Botnia- y firmó un acuerdo para la construcción de una de las plantas de celulosa más grandes del mundo. Será la mayor inversión privada en la historia de ese país.
Tras un año de negociaciones, se acordó que UPM construirá a partir de 2020 una segunda papelera ubicada en el centro del país, con una capacidad de producción que rondará los dos millones de toneladas. La inversión total por parte de la empresa será de aproximadamente 4.000 millones de dólares, y el gobierno uruguayo aportará 1.000 millones para proyectos de infraestructura.
UPM ya opera la ex Botnia, la planta de celulosa ubicada en el departamento de Fray Bentos, sobre el río Uruguay, que provocó un conflicto con los ambientalistas de Gualeguaychú y un litigio con la Argentina.
El desarrollo del proyecto tendrá un fuerte impacto en la economía del país que, según el titular de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, Álvaro García, significará un «crecimiento permanente» que incrementará en más de dos puntos porcentuales el producto interno bruto (PIB) del país.
García dijo que la segunda planta de UPM -la tercera de celulosa en el país- provocará un «aumento en las exportaciones del orden de los mil millones de dólares anuales», así como una recaudación impositiva de unos 120 millones de dólares por año.
Cuando la firma finlandesa instaló la primer pastera sobre el río Uruguay, en la frontera fluvial con Argentina frente a la ciudad entrerriana de Gualeguaychú, se desató el peor conflicto en la historia entre ambos países.
Cuestionando el impacto ambiental de la pastera sobre el estuario de ese río, el movimiento ambientalista argentino lanzó en 2005 un bloqueo a los puentes binacionales que provocó una crisis diplomática. En 2010, la Corte de Justicia Internacional de La Haya determinó que a pesar del incumplimiento uruguayo de algunas obligaciones, no existían motivos para el cese de la pastera.
Si esta pastera estará ubicada, como se anuncia, en el centro del país uruguayo, a la Argentina le resultará más difícil invocar el daño ambiental. Es posible que el mejor camino para nuestro país sea tratar de encontrar intereses comunes con Uruguay.
Vale la pena tener presente que entre los requisitos del acuerdo firmado figura que el Estado uruguayo deberá «organizar y financiar la mejora» de la Universidad Técnica «principalmente» de Paso de los Toros, Durazno y Tacuarembó para «mejorar su capacidad de brindar instalaciones y recursos educativos con respecto a las disciplinas mecánicas, de instrumentación y eléctricas».