El presidente de Brasil Jair Bolsonaro presentó ante el Congreso el proyecto de reforma del sistema de jubilaciones, que considera vital para el equilibrio financiero de Brasil y para sustentar la credibilidad de su gobierno, después de un caótico comienzo.
Con la propuesta, que establece una edad mínima de 62 años para las mujeres y 65 para los hombres, el gobierno pretende ahorrar en la próxima década más de 300.000 millones de dólares, según un documento divulgado por el Ministerio de Economía.
El proyecto establece además que los brasileños deberán contribuir durante al menos 40 años con el sistema previsional para jubilarse con una pensión completa. Brasil es uno de los pocos países que no exige una edad mínima para el retiro laboral. El régimen actual permite jubilarse a las mujeres que cotizaron durante 30 años y a los hombres que lo hicieron durante 35, sin una edad mínima, aunque el monto del beneficio mejora para quienes prolongan su vida laboral.
El arquitecto de la reforma es el ministro de Economía, Paulo Guedes, un neoliberal formado en la escuela de Chicago, y su apoyo a Bolsonaro le brindó al ex capitán del Ejército un fuerte respaldo de los mercados. Bolsonaro y Guedes llegaron al Congreso por la mañana para entregar el proyecto al presidente de Diputados, Rodrigo Maia, en medio de una pequeña protesta de diputados de la oposición, que abuchearon a los líderes del Ejecutivo y Legislativo.
Bolsonaro dispone en principio de una mayoría constituida por las bancadas de varios partidos para aprobar esta reforma constitucional, que requiere una mayoría de tres quintos de los escaños en la Cámara de Diputados (308 de un total de 513) como en el Senado (49 de 61).