Seguramente es casual, pero resulta llamativo que el mismo día que el embajador argentino en China hace declaraciones sobre la idílica relación entre los dos países, un importante medio como Clarín advierte que los disparos a un buque chino acusado de pescar ilegalmente dentro de la Zona Económica Exclusiva argentina «generaron coletazos diplomáticos».
Es cierto que la Prefectura Naval Argentina hizo circular sobre el fin de semana impresionantes imágenes del guardacostas “Mantilla” persiguiendo y disparando al pesquero chino “Hua Xiang 801”.
AgendAR publicó el video este domingo junto a la información, y remarcamos que los guardacostas de la clase Mantilla tienen el récord de capturas exitosas. Son el orgullo de una fuerza que sistemáticamente se encuentra atada de manos por una justicia federal que suele “dormir” los casos, que raramente llega al decomiso de artes de pesca (suelen valer más que los barcos, que son chatarra) y en caso de disparos y siniestros, investiga más a la Prefectura que la empresa pirata. Y durante la larga investigación, los hombres de la fuerza están suspendidos, a media paga.
Pero a los «coletazos»: a través de la prensa en Beijing -declaraciones al Global Times- el buró de pesca chino hizo saber que urgía a la Argentina a que le provea las coordenadas electrónicas de su zona económica exclusiva para «evitar futuros conflictos» como el que se conoció sobre el sábado último.
Por otro lado, fuentes oficiales -que piden no se publiquen sus nombres- en Buenos Aires afirmaron que hay pendientes conversaciones diplomáticas con la Cancillería china para aclarar los tantos, porque también el Gobierno quiere dejar asentado que las coordenadas de la ZEE argentina las conoce bien Beijing -las que comprenden las 200 millas desde la costa- y reconfirmar que el buque chino HUA XIANG 801, el que protagonizó el último incidente con la prefectura estaba pescando ilegalmente en aguas no permitidas. En 2016 hubo un caso similar.
Los datos oficiales son, hasta ahora, que el embajador en Beijing, Diego Guelar, no había recibido ninguna protesta formal por el incidente, ni tampoco en Buenos Aires se presentaría nota ante la embajada que ahora tiene nuevo jefe, Zou Xiaoli.
Pero más allá de si hubo o habrá «coletazos», la realidad es que la pesca ilegal -donde el papel principal lo jugaban en décadas pasadas empresas españolas, que ahora han sido compradas por empresas chinas- es uno de los más grandes desafíos que tiene la Argentina en su mar. Es necesario que la Armada y la Prefectura tengan los recursos materiales y legales para defender nuestro patrimonio. Y que los argentinos tomemos conciencia de nuestros territorios marinos.