El ministro de Economía Nicolás Dujovne se reunió ayer miércoles en Washington con la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, en medio de un incierto panorama económico local, cuando el organismo debe dar la luz verde a un nuevo desembolso del préstamo stand by. Fuentes de Hacienda afirman que el tema del posible uso de divisas del Tesoro para contener la suba del dólar no se tocó en la reunión. Es difícil creerles.
La visita de Dujovne fue “protocolar, amena y cordial entre dos personas que tienen una relación muy aceitada y de confianza”, señalaron en el equipo del ministro. Y una portavoz del Fondo dijo lo de siempre: los funcionarios “conversaron sobre los recientes desarrollos económicos y perspectivas para la Argentina” y que “Lagarde elogió a las autoridades por sus esfuerzos para promover su plan de estabilización económica y brindar protección social a los sectores de la población más pobres y vulnerables. La implementación sólida y continua del programa de reformas de las autoridades será crucial para sentar las bases de una economía estable y un crecimiento sostenible”.
El hecho es que la reunión comenzó a las 15.45 y finalizó a las 16.30 y también estuvo presente David Lipton, el número dos del Fondo, pero ningún representante del equipo técnico del organismo. La presencia de Lipton es significativa: se trata del representante de los EE.UU. en el Directorio del FMI, y por lo tanto su voz es la que pesa en las decisiones políticas.
La reunión se llevó a cabo en un momento delicado, cuando la inflación no logra el descenso que el Gobierno y el FMI esperaba, el riesgo país sube, el crecimiento aún no asoma, todo en un año electoral. El dólar está muy volátil y hay dudas sobre la eficacia de la banda de flotación cambiaria que se estableció en el acuerdo con el Fondo. En el Gobierno estiman que solo con la suba de tasas el dólar no puede controlarse y en algunas circunstancias se precisan fondos adicionales del Tesoro. Pero eso está vedado específicamente en el acuerdo con el organismo, ya que en Washington no ven con buenos ojos que el dinero del préstamo tenga ese destino.
En unos 15 días el directorio ejecutivo del Fondo debe analizar el informe que Roberto Cardarelli, el jefe de la misión del Fondo que volvió de Buenos Aires, presentará en estos días sobre la marcha de la economía de nuestro país, más las perspectivas aportadas por sectores más allá del Gobierno, como asociaciones civiles, académicos y algunos opositores como Roberto Lavagna, Juan Manuel Urtubey y Axel Kicillof, con quienes mantuvieron reuniones.
La aprobación del informe es previa al desembolso de los 10.700 millones dólares de otro tramo del préstamo Stand by. Si hubiera alguna modificación sobre el uso de los fondos, distinta de lo acordado, debería estar plasmada en el reporte de Cardarelli y ser aprobada por el directorio.
El gobierno sostiene que puede volcar dólares de más o menos libre disponibilidad para contener la posible presión alcista del dólar entre marzo y abril, hasta que lleguen los dólares frescos producto de la cosecha. El problema, en este caso, es si los productores rurales deciden mantener los granos en los silos bolsa, a la espera, precisamente, de esa alza del dólar. Sostienen que sus insumos están dolarizados y necesitan cubrirse.
Entonces, no se puede descartar que Dujovne, Macri, quieran poder recurrir a esos fondos del FMI para contener al dólar. Su análisis político, correcto o no, les dice que lo que más inquieta a sus votantes es ese punto.
Desde el punto de vista de los intereses del país, en AgendAR creemos que sería una decisión muy perjudicial. Esos 10.700 millones de dólares son probablemente el último crédito externo que recibirá Argentina por varios años, gane quien gane en octubre. Tirarlos en un efímero intento por contener el precio de la divisa, es el peor destino que se les puede dar.