Es oficial: Italia rompe filas con los otros países que conforman el Grupo de los Siete -Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Japón y Reino Unido- y respalda la iniciativa «One Belt, One Road» de China.
En una reunión celebrada este viernes en Roma con el presidente chino Xi Jinping, el primer ministro italiano Giuseppe Conte firmó un memorando de entendimiento sobre el proyecto chino de la Nueva Ruta de la Seda, el cual ha generado recelo en el Atlántico Norte.
El viceprimer ministro de Italia, Luigi Di Maio, del Movimiento 5 Estrellas estuvo presente en el acto, no así su aliado en la coalición Matteo Salvini, cuyo partido de derecha, La Liga, comparte las reservas de los otros miembros del G7 de permitirle al gigante asiático mayor acceso a sus mercados.
El memorando es parte de un conjunto de acuerdos bilaterales que incluyen inversiones chinas en los puertos italianos -Génova, Trieste,…- en la banca y la construcción y en el comercio de productos agrícolas.
La iniciativa, emblema del gobierno de Xi, es un ambicioso plan de infraestructuras que, al igual que la antigua ruta comercial marítima, tiene como objetivo vincular a China con Europa, Medio Oriente y África.
AgendAR seguirá de cerca este proceso, que -si se afirma- puede ser tan significativo para el orden económico mundial como lo han sido las reformas iniciadas por Deng Xiaoping en 1978.