Con más de la mitad de las mesas escrutadas a la hora que escribimos esto, las PASO de Entre Ríos ya muestran una tendencia definitiva: el gobernador Gustavo Bordet, con la Alianza Frente Justicialista, tiene 57,26% de los votos; Atilio Benedetti, de Cambiemos, el 34,29%. Muy lejos, aparece 3° -aunque eso puede variar- el Partido Socialista, con 2,48%.
En lo formal, estas PASO no definían casi nada: todas las fuerzas políticas que participaron -menos el socialismo, un partido menor en la provincia- llevaban listas únicas de sus candidatos. Pero, en la realidad, la coalición Cambiemos y el peronismo unido, con el gobernador Gustavo Bordet a la cabeza, midieron fuerzas este domingo en Entre Ríos. Y los resultados dan un golpe duro al gobierno nacional.
Fue la primera elección de la Región Centro, la Argentina relativamente próspera -comparada con el resto- y la única, hasta ahora, en la que el presidente Macri intervino en la campaña. A principio de mes viajó junto a Rogelio Frigerio -jefe político en la provincia- y otros funcionarios a recorrer una obra junto a Atilio Benedetti, el candidato a gobernador de Cambiemos; el mismo que en las legislativas de 2017 obtuvo el 53% y le ganó al frente de Bordet por 15 puntos. Hasta hubo en esta campaña una foto con María Eugenia Vidal… Es una provincia donde los productores rurales, en general hostiles desde 2008 al kirchnerismo, tienen peso.
Es cierto que, aunque Cambiemos logró también menos votos que en 2015, su caída, comparada con ese año, no fue tan abrupta. El dato más significativo es que la lista del gobernador Bordet, apoyado por todos los sectores peronistas, del kirchnerismo al massismo, se impuso por más de 20 puntos, cuando la diferencia con el candidato de Cambiemos en octubre 2015, De Angelis, había sido de 3 puntos. Y ganó en la mayoría de las cabeceras de departamento.
Bordet, acompañado en la fórmula por Laura Stratta, su ministra de Desarrollo Social, queda en inmejorables condiciones para ser reelegido gobernador el próximo 9 de junio. Pero los ecos de estas primarias llegan más allá de los límites de Entre Ríos.
El dato central que la jornada de ayer hizo más evidente es que la coalición oficialista Cambiemos, que ganó la presidencia de la nación en 2015 y pareció consolidarse en 2017, está en graves problemas. Las elecciones en La Pampa, Neuquen, Río Negro, Chubut, San Juan y ahora Entre Ríos muestran que sus candidatos pierden, y en ocasiones por diferencias muy grandes. Las comicios, también en este domingo, en 127 municipios cordobeses dan un mensaje más complejo, influido por muchos factores muy locales, pero en conjunto se ven como un avance del peronismo cordobés y un retroceso para Cambiemos.
Si el gobierno nacional no acierta a dar respuestas acertadas a la situación económica que golpea a la mayoría de los argentinos, de sectores muy diversos, las técnicas más sofisticadas de campaña electoral que se apliquen, la «batalla cultural» que afirma haber emprendido, no le servirán de nada. Esos diversos sectores se han mostrados dispuestos, en provincias muy distintas, a votar a la oposición. Es el voto protesta, o el voto bronca.
(Sobre esto: analizaremos en AgendAR las medidas que serán anunciadas, se espera, pasado mañana. Pero un congelamiento, o «acuerdo» de precios, en las actuales condiciones económicas, no parece posible que funcione. El problema de la inflación, como el de la parálisis de gran parte de la economía que provocan las altas tasas de interés, requieren de un plan integral. Nos resulta difícil creer que el gobierno de Macri, a esta altura, pueda llevarlo adelante).
Por otro lado, el sector político visiblemente mayoritario de la oposición, el peronismo, debe tener presente que la derrota del oficialismo no lleva automáticamente a su triunfo. Debe articular a nivel nacional la suma de los distintos sectores que le ha dado buenos resultados en varias provincias, y llevar adelante una campaña electoral nacional. Una vez que haya definido su candidatura presidencial.