Los efectos del sildenafil, el principio activo del Viagra y de otras 22 marcas de medicamentos para la disfunción eréctil que se comercializan en Argentina, no terminan en la cama.
Informes del Centro de Investigaciones del Medio Ambiente (CIM), dependiente de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), revelan que, junto a una droga para la epilepsia, es uno de los dos fármacos con más presencia en las aguas superficiales de Argentina, incluyendo ríos, arroyos y lagos, lo que uede tener consecuencias negativas sobre el ecosistema y la salud humana.
“En estudios ecotoxicológicos realizados en efluentes de aguas residuales en Argentina, en las que se detectaron estos contaminantes emergentes, se observó estrés oxidativo en las branquias y el hígado de peces, así como cambios metabólicos, daños histológicos y neurológicos”, indicó a la Agencia CyTA-Leloir Nasly Delgado, becaria doctoral del CONICET en el grupo del doctor Damián Marino en el CIM.
Delgado agregó: “Por esta razón, y pensando en posibles consecuencias también para la salud humana, es preciso proteger los cuerpos de agua de nuestro país y del mundo”.
Con ese objetivo, los investigadores del centro platense ensayaron una tecnología capaz de remover de las aguas ambos contaminantes. “Aunque se han obtenido resultados muy satisfactorios en escala piloto, hacen falta algunos experimentos en periodos de tiempo más prolongados antes de que pueda transferirse al mercado”, sostuvo Delgado, una ingeniera ambiental graduada en la Universidad del Cauca, en Colombia.
Según describe la revista “Journal of Environmental Management”, los científicos probaron un método basado en el uso de carbón activado en polvo (CAP), que logró remover más del 85% de las trazas de sildenafil y carbamazepina después de 8 horas de contacto. En contraposición, la tecnología habitual con carbón activado granulado o CAG adsorbió y extrajo menos del 10% de ambos contaminantes en ese mismo lapso.
Desde hace alrededor de tres años, los investigadores de La Plata vienen desarrollando esta tecnología para aplicarla en las plantas de tratamiento de aguas residuales domésticas como un proceso terciario o de “pulimiento”, aunque no descartan su aplicación como filtro en aguas potables.
“De todos modos, lo ideal sería poder remover estos contaminantes antes de que ingresen a los cuerpos de agua y causen efectos negativos en el ecosistema”, subrayó Delgado. Se estima que, en países como Argentina, menos del 20% de las aguas residuales reciben un tratamiento previo antes de ser descargadas a ríos, arroyos y otros cuerpos de agua.
Del avance también participan Marino, Alberto Capparelli y Agustín Navarro, directores del estudio y también investigadores de la UNLP.