El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, elevó los aranceles del 10% al 25% sobre 200.000 millones de dólares en exportaciones chinas este viernes 10 de mayo.
La mayoría de las importaciones afectadas por el nuevo arancel del 25% son bienes industriales o intermedios que se utilizan como componentes en productos fabricados en Estados Unidos: – Equipaje – Guantes de béisbol – Muebles de bambú – Candelabros – Veleros – Lanchas – Canoas.
Hasta ahora, la administración de Trump ha evitado grabar la mayoría de los productos electrónicos como los iPhones y otros bienes de consumo, por lo que los aranceles podrían ser menos dolorosos para los consumidores estadounidenses, aunque eso puede cambiar si Trump no logra llegar a un acuerdo con Beijing.
Por su parte, China anunció que aumentará los aranceles para productos estadounidenses por aproximadamente 60.000 millones de dólares a partir de la medianoche (hora de Beijing) del 1° de junio, según la Comisión de Aranceles Aduaneros del Consejo de Estado de China.
Los aranceles recientemente incrementados de China afectan en gran medida a los mismos productos a los que se impusieron los aranceles iniciales el otoño pasado, y no se han extendido a ningún nuevo conjunto de productos.
El nuevo aumento de los aranceles se basa en cuatro categorías de productos estadounidenses. China ha aplicado aranceles sobre un total de 110.000 millones de dólares en productos estadounidenses desde que comenzó la guerra comercial.
Los primeros aranceles sobre el valor de 60.000 millones de productos estadounidenses entraron en vigor el 24 de septiembre del año pasado. Aproximadamente 5.000 artículos fueron afectados, y fueron divididos en cuatro categorías.
– Categoría 1 (incluye algodón, maquinaria, granos) pasó de 10% a 25%
– Categoría 2 (incluye piezas de aviones, instrumentos ópticos, ciertos tipos de muebles) pasó de 10% a 20 %
– Categoría 3 (incluye harina de maíz, vino) pasó de 5% a 10%
– Categoría 4 (incluye ciertos tipos de sustancias químicas, tierras raras, equipos médicos como máquinas de ultrasonido y MRI) se mantuvo igual en 5%.
Es por todo eso que en AgendAR decimos que ésta es, hasta ahora, una guerra comercial moderada… para los antagonistas. El «daño colateral» a terceros, como la caída en el precio de las exportaciones de soja de la Argentina que tocamos en otra nota de este portal, es otro asunto.
También es otro tema, de distinta naturaleza, la reacción -un poco histérica- de los mercados financieros mundiales, que ven en peligro su paradigma de la globalización ilimitada.
Pero, detrás de esta disputa comercial está la rivalidad entre una Superpotencia establecida y otra emergente, la antigua y siempre presente lucha por el poder, que en este tiempo se libra en el campo de la tecnología. Sobre este aspecto seguiremos informando en AgendAR.