Esta semana fueron suspendidos un centenar de operarios de las obras del reactor CAREM, en Lima, Zárate, Buenos Aires. Los trabajadores suspendidos son empleados de la contratista Tecna, filial de Isolux Corsán, compañía española encargada de la construcción del «Balance de Planta»: las instalaciones y equipos necesarios para la generación de energía eléctrica.
El reactor CAREM es -lo hemos señalado muchas veces en AgendAR- el proyecto de bandera de la Comisión Nacional de Energía Atómica. Es también el mayor y más ambicioso proyecto de exportación de ingeniería de la historia argentina. Puede venderse de a decenas, transformar nuestra industria, cambiar nuestro perfil.
Es otro síntoma más de la ruptura del Programa Nuclear y del desinterés del actual gobierno en el mismo. Los gráficos siguientes, publicados por CEPA (Centro de Economía Política Argentina) lo dejan claro: