Todavía no están determinadas las causas del inédito apagón que se registró ayer en todo el territorio nacional. El secretario de Energía, Gustavo Lopetegui, aseguró en conferencia de prensa que habrá que esperar entre 10 o 15 días para tener mayores precisiones.
Para los expertos en energía, la empresa que ocupa el centro de escena es Transener, la compañía privada que opera la red de transmisión en alta tensión. Transener es propiedad de la empresa Pampa Energía y del Estado nacional. Consultores y fuentes gubernamentales y del mercado sugerían ayer que en el caso de que se compruebe que Transener cometió algún tipo de negligencia o mala praxis en la programación de los sistemas de protección de la red, eso podría desembocar en una rescisión de su contrato de operación.
Allegados al ente regulador (ENRE) indicaron que “no tenemos ningún elemento que sugiera eso por ahora”. “En todo caso, el ente no otorga ni rescinde contratos. Eso es responsabilidad del Poder Concedente”. Es decir, el gobierno nacional.
Pese a que la falla inicial que originó el blackout se registró en la red de Transener, las empresas distribuidoras y de generación también deberán rendir cuentas por su accionar en el mega apagón de ayer.
La Compañía Administradora del Mercado Eléctrico Mayorista (Cammesa) reconoció ayer en un informe preliminar que el problema inicial se produjo en el Litoral. El 18 de abril la línea de transmisión Colonia Elía-Nueva Campana, que lleva energía desde las centrales de Yacyretá y Salto Grande hacia Buenos Aires, salió de servicio por reubicación de una torre en el cruce del río Paraná Guazú. Por lo tanto, se venía operando con la línea paralela de 500 kilovoltios Colonia Elía-Belgrano. En esta última se produjo un cortocircuito a las 7.06 del domingo. Simultáneamente, y por causas aún no precisadas, se desenganchó la línea de 500 kilovoltios Mercedes-Colonia Elía.
El sistema está preparado para soportar el desenganche de dos líneas de 500 kilovoltios, pero en este caso terminaron siendo tres las que salieron de servicio al mismo tiempo. Este debilitamiento de la red posiblemente fue lo que desestabilizó las centrales de Yacyretá y Salto Grande y se perdieron sus aportes (unos 3700 MW).
Una vez ocurrido el incidente, el sistema debería haber enviado de manera automática una señal para que los generadores respondan de la manera adecuada para recomponer el equilibrio sumando de otras fuentes los 3700 MW que se perdieron por el desequilibrio inicial. Son controles digitales activados por los sistemas de Desconexión Automática de Generación (DAG) que están programados por Transener.
Una parte de la potencia que se perdió ayer por la caída del complejo Yacyretá-Salto Grande (3700 MW) debería haber sido aportado por el «sistema de reservas flotantes», que debe funcionar con cerca de 1200 megas, y el resto de otros generadores a los cuáles les debería haber llegado una señal, aunque aún no está claro si el equipo de protección que controla Transener estaba programado para prever un hecho con las características del que ocurrió.
Las distribuidoras tienen que tener instalados relés de sub-frecuencia. Frente a una caída abrupta de generación, como la registrada ayer, los relés están preparados para mantener el sistema funcionando aún con una restricción de hasta un 42% de la generación del sistema.
¿Qué significa eso? Por ejemplo, si el sistema está operando con una generación de 10.000 MW de generación, los relés instalados por las distribuidoras tienen que estar en condiciones de cortar de forma automática hasta 4200 MW de demanda para garantizar la estabilidad del sistema.
¿Eso sucedió ayer? ¿Los relés de las distribuidoras actuaron de forma correcta? Varios funcionarios presentes en el centro de despacho (SACME) se hacían esa pregunta. Si las distribuidoras no bajan la demanda frente a un descenso de la generación, la frecuencia sincrónica del sistema de transmisión se cae porque la red de transporte no puede funcionar a menos de 48 ciclos o 48 hertz.
Los especialistas no pudieron asegurar que los relés hayan funcionado porque nunca se habían probado frente a un hecho de semejante magnitud.
En caso que la señal de Transener haya sido enviada correctamente, cuando la caída de generación provoca una oscilación de frecuencia sincrónica, las generadoras tiene que poder estar en condiciones de operar en un escenario complejo de entre 48 y 49 ciclos de frecuencia para garantizar la estabilidad del sistema.
Lo que tendrá que precisar el regulador es si las generadoras que estaban inyectando energía respondieron de acuerdo con esa previsión frente a las primeras oscilaciones o se desconectaron de la red antes de lo previsto agudizando el problema.
La última medición informó que al momento del blackout la frecuencia del sistema era de 48.3 hertz, al límite de lo técnicamente operable. En términos simplificados, lo que deberá precisar el informe del regulador es si las centrales de generación que estaban activas en ese momento pudieron soportar las oscilaciones de frecuencia o se desconectaron antes de lo previsto por fallas en los sistemas de control.
Una vez que se procese la información disponible para identificar la cadena de responsabilidades, se procederá a sancionar a los responsables de la falla. La máxima sanción que se aplicó con el marco regulatorio vigente fue la multa de 90 millones de dólares que recibió Edesur en la década del 90 luego de la caída de su central de Azopardo.
Algo importante a tener en cuenta es que la desconexión automática ante inestabilidades de frecuencia en red lo que buscan es proteger las máquinas generadoras, no agravar por cascada a tamaño nacional un apagón inicial de tamaño a lo sumo provincial.
En AgendAR observamos que las dos centrales en desconectarse primero, Yacyretá y Salto Grande, son las dos mayores unidades de potencia de base de la red nacional. Era difícil que no arrastraran al resto del sistema. Creemos que al sistema le faltan más fuentes robustas y grandes de potencia de base independientes de la meteorología. Es inevitable preguntarse si añadir algunas nucleares grandes en zona centro no anclarían mejor el sistema.