En una jornada de escaso movimiento en el mercado cambiario local, por el feriado en Estados Unidos, el dólar sumó su sexta baja en fila. El tipo de cambio minorista cayó 36 centavos a $42,89 en el promedio de los bancos de la city. En cuatro días de julio acumula un retroceso de 1,6%.
La rueda transcurrió con pocas transacciones. En la plaza mayorista, donde operan los bancos y las grandes empresas, se pactaron apenas US$ 293 millones. Allí, la divisa cedió otro 0,5% hasta los $41,81.
Con la estabilidad cambiaria de los últimos dos meses y una inflación muy elevada, el precio del dólar tuvo un importante retroceso en términos reales. “Volviendo al tipo de cambio real de julio de 2018 y de febrero 2016 (post salida del «cepo»), pero con riesgo país y tasas más altas”, señaló Federico Furiase, director de Eco Go.
La calma cambiaria es el objetivo económico principal del Gobierno porque cree que un nuevo salto mermaría sus chances de reelección. Así, está estimulando el carry trade, los capitales especulativos, que vienen por una tasa que permite jugosas ganancias en dólares. En el horizonte asoman varios peligros: la dolarización preelectoral, la baja estacional de las liquidaciones del agro (que ya se manifiesta), o una retirada brusca de los especuladores.
(Nos sentimos en el deber de aclarar algo: la imagen que elegimos para esta nota se debe a un hecho externo a la Argentina: la insistencia del presidente Trump por un dólar más competitivo. Pero es dudoso que consiga ese objetivo este año: el consenso de los analistas, por lo que valga, dice que el dólar se mantendrá fuerte, como desde el comienzo de 2018, hasta el fin de 2019, al menos).