El precio del dólar en la plaza local registró la mayor suba semanal en cuatro meses: subió un 3,1%. En algunos bancos, como el Galicia, ya se vendía a $ 46.-
El índice de «riesgo país» llegó a los 829 puntos; el máximo en 5 semanas.
Y en el primer trimestre de este año -el período informado por la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional- la inversión extranjera, ya bastante escasa, excepto en Vaca Muerta, se redujo en un 25%.
Un comentario irónico en las redes sociales decía «Moscú no cree en lágrimas y Wall Street no cree en encuestas«. Probable, pero, en todo caso, eso se refiere a la coyuntura.
El problema estratégido -de estrategia económica, para ser precisos- es que con el actual esquema, las únicas inversiones productivas con razonable rentabilidad son los que se hacen en petróleo y gas -si se asegura que pueden exportarlo-, en nichos subsidiados por el Estado, y en explotaciones agropecuarias en la Pampa Húmeda. Y aún ellas no pueden competir con la timba financiera.
No hay buenas señales en el largo plazo con este esquema.