El primero de los 400 glaciares que tiene Islandia desapareció por culpa del cambio climático. Desde ahora será recordado con una placa conmemorativa, una advertencia para el futuro. El antiguo glaciar Okjökull, situado en el oeste de Islandia, abarcaba 15 kilómetros cuadrados de montaña hace un siglo, con un ancho de 50 metros.
Ahora, se ha reducido a apenas un kilómetro cuadrado de hielo de 15 metros de profundidad, perdiendo su estatus de glaciar. “Se espera que en los próximos 200 años todos nuestros glaciares sigan el mismo camino“, indica la placa en islandés e inglés. “Este monumento sirve para reconocer que sabemos lo que está pasando y que sabemos lo que tenemos que hacer. Solo ustedes saben si lo hicimos“, continúa.
El memorial está fechado en agosto de 2019 y también lleva grabadas las palabras “415ppm CO2” en referencia al récord alcanzado en mayo de 2019 de 415 partes por millón de dióxido de carbono en la atmósfera. Un glaciar se define como una masa continua de hielo compacto que aumenta su volumen cada invierno más de lo que pierde durante el verano, de manera que su peso oscile en unas medidas similares todo el año. Cuando este proceso se para y el hielo se reduce, los restos se conocen como ‘hielo muerto’.
Cymene Howe, profesora adjunta de antropología en Rice, explica que la placa “será la primera que se inaugure por la desaparición de un glaciar consecuencia del cambio climático en el mundo“. Esto debería llamar la atención de lo que se perdió, remarcó. Junto a su compañero Dominic Boyer, Howe estudia la economía y el impacto cultural del calentamiento global y la pérdida del hielo en las comunidades islandesas. “Estos cuerpos de hielo son las reservas de agua más grandes del planeta“, asevera.