Marcelo Bonelli, columnista de Clarín, decía ayer esto «El Fondo Monetario recién evaluará enviar el crucial dinero pendiente (U$S 5.400 millones) después de las elecciones de octubre. La cúpula del FMI adoptó todas las medidas burocráticas posibles para estirar al máximo los plazos y negociar el giro de divisas con quien gane el 27. En Washington consideran que ese día Alberto Fernández será el nuevo Presidente. En caso de que -con sorpresa- haya balotaje, el desembolso se demoraría hasta diciembre.
Con esta resolución política, el Fondo pondrá en “máximo estrés” a la Argentina: la economía necesita antes de fin de año 7.000 millones de dólares frescos para cerrar sus precarias cuentas. Ahora en Wall Street los informes confidenciales del JP Morgan, Merrill Lynch y Moody’s advierten a sus clientes sobre un eventual default. La posición del organismo se desprende de las propias y frías declaraciones de su vocero. Gerry Rice confirmó este jueves que Hernán Lacunza viajará a fin de mes para hablar del desembolso.
El encuentro con la cúpula del Fondo sería el 24 de septiembre. Aun cuando le fuera excelente al ministro en su negociación, el burocrático cronograma para aprobar el desembolso diferiría todo para después de octubre. En otras palabras: el FMI no va a anunciar la postergación del giro, pero va hacer todo lo necesario para la estirar los plazos y negociar con el presidente electo».
Parece que no es sólo el F.M.I. quien ha cambiado su actitud hacia Mauricio Macri.