Una sangrienta y desesperada lucha en la hace siglos llamada «Arabia Felix» (es decir, «feliz») y hoy simplemente Yemen parece muy lejos de nosotros. Pero las consecuencias nos llegan y es probable que impacten sobre la actividad exploratoria de Vaca Muerta, Neuquén, hoy por hoy el mayor recurso hidrocarburífero potencial de Argentina. Reproducimos este informe de fuentes internacionales.
Arabia Saudita ha tenido que detener aproximadamente la mitad de su capacidad de producción de petróleo después de varios “ataques coordinados con drones sobre sus instalaciones” que incendiaron el complejo petrolero de Hijra Khurais y de Abqaiq, las instalaciones de estabilización de petróleo más grandes del mundo, informó el Wall Street Journal.
Los rebeldes hutíes de Yemen, que consiguieron tomar el control de la capital del país –San’a– en 2014, fueron atacados por Arabia Saudita en una feroz campaña de contrainsurgencia que ha matado a decenas de miles de civiles, y ahora ellos han reivindicado este ataque, según el WSJ. El gobierno de Arabia Saudita no se ha pronunciado al respecto y no ha emitido ningún tipo de comunicado sobre si hubo muertos y cuántos fueron, escribió este diario financiero, pese a que se estima que el ataque consiguió detener casi el 5% de la producción mundial de petróleo.
Un panel de expertos informó al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que los hutíes habían adquirido drones de Irán en enero de 2018, según el New York Times. Aunque los hutíes han echado mano de drones en ataques previos, éste es el que más penetró dentro de territorio saudí y, si creemos lo que dicen los rebeldes, empleó hasta 10 vehículos robóticos. Según Associated Press, la tecnología de los drones hutíes ha mejorado considerablemente: partió de modelos comerciales y hoy está en “versiones casi idénticas de los modelos (militares) iraníes”. Las Naciones Unidas, las naciones del Golfo Pérsico y parte de Occidente consideran que es Irán el que ha suministrado armamento a los rebeldes.
AP escribió que hay indicios de que las fuerzas de seguridad sauditas intentaron derribar los drones con sus baterías antiaéreas y antimisilísticas, pero no tuvieron mayor éxito.
Un portavoz militar hutí, Yahia Sarie, dijo en el canal de noticias Al-Masirah, dirigido por los hutíes, que las fuerzas rebeldes habían recibido “datos de inteligencia” de Arabia Saudita y que “la única opción para el gobierno saudita es dejar de atacarnos”, escribió AP.
Yemen es el país más pobre de toda la región arábica, y la guerra civil que comenzó allí en 2015 se ha convertido en una de las mayores catástrofes humanitarias actuales del mundo. Se estima que aproximadamente 90.000 personas han muerto como resultado del conflicto, según AP, y hay pruebas de que la coalición liderada por Arabia Saudita y respaldada por los Estados Unidos ha cometido atrocidades como el bombardeo de mercados, hospitales y hasta un autobús con decenas de niños.
La ONU declaró el año pasado que la mayoría de las víctimas han muerto como resultado de los ataques aéreos de la coalición, no por culpa de los hutíes. Sin embargo, nada de esto ha generado una fractura entre Arabia Saudita y la administración de Donald Trump. Éste se entrevistó sin problemas con el príncipe del país Mohammed bin Salman a pesar de las acusaciones contra el monarca por su rol en el reciente asesinato y descuartizamiento de Jamal Kashoggi, un periodista fuertemente crítico del régimen saudí. Kashoggi tenía nacionalidad estadounidense, y su eliminación tuvo lugar en del consulado saudí en Estambul, Turquía, el 2 de octubre de 2018.
Como señaló el Jerusalem Post, el ataque del sábado supone una escalada importante de tensión en la zona; no sólo porque los rebeldes están demostrando repetidamente que pueden llevar a cabo ataques con precisión usando drones de largo alcance, sino porque servirá para aumentar las tensiones entre Estados Unidos e Irán, que han ido creciendo desde que Trump decidió incumplir en forma unilateral el acuerdo de 2015 diseñado EEUU y las principales potencias de la OTAN para limitar el alcance del programa nuclear iraní.