«Pido perdón por esta falta de visión». Así se manifestó el presidente de Chile, Sebastián Piñera, ayer martes a la noche, tras cinco días de masivas manifestaciones pacíficas contra su gobierno, acompañadas por escenas de violencia, saqueos, represión y disturbios en varias ciudades. (Una crónica de los hechos hasta el lunes, y las causas, fue publicada aquí).
«Es verdad que los problemas se acumulaban desde hace muchas décadas y que los distintos gobiernos no fueron ni fuimos capaces de reconocer esta situación en toda su magnitud», señaló el mandatario.
Piñera anunció una serie de reformas para tratar de responder al estallido social y aseguró que el gobierno había escuchado «las legítimas demandas» de la ciudadanía. Entre otras medidas, planteó aumentos de 20% «en las pensiones básicas solidarias» y «en el aporte previsional solidario».
Además, dijo que se darán «aumentos adicionales a las pensiones básicas y aportes previsionales en 2021 y 2022», además de un «ingreso mínimo mensual garantizado de 350.000 pesos chilenos (490 dólares) para todos los trabajadores con jornada completa».
También anunció un aumento en los impuestos a personas que ganan más de 8 millones mensuales (11.200 dólares), con lo que el gobierno de Piñera pretende recaudar unos 160 millones de dólares.
En su discurso, indicó que van a crear una Defensoría de la Víctima «para garantizar los accesos a las personas que han sido víctimas de la delincuencia». También prometió una reducción en el número de parlamentarios y en las dietas de los funcionarios; así como bajar las contribuciones que pagan los jubilados «más vulnerables».
Hasta ayer continuaban los disturbios. Se han registrado hasta ahora 15 muertos, pero hay denuncias de más víctimas.