El ex gobernador de Neuquén (2007-2015) Jorge Sapag, y referente del Movimiento Popular Neuquino, en el marco de declaraciones optimistas en relación al gobierno del presidente Alberto Fernández, anticipó sin embargo que se necesitará importar gas este invierno porque no hay capacidad para transportar una mayor producción vía gasoductos.
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“El invierno es un período de abastecimiento, generalmente, a través de barcos porque las empresas producen lo que los gasoductos permiten. Y las empresas están limitadas en un cupo de producción”, planteó el ex mandatario.
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Explicó que, aún si se ponen “al máximo”, el consumo supera la producción posible de ser transportada y distribuida en los hogares. “En esos casos, seguramente en este invierno va a haber que importar gas en barcos, así como Neuquén estuvo exportando en el verano gas a Chile. El gas no se puede acumular, el petróleo sí. En el invierno seguramente va a haber necesidad de importación”, reiteró Sapag.
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El ex gobernador es un hombre que conoce y quiere a su provincia, pero en este tema toca uno de los puntos sensibles de la prédica de AgendAR. Nuestro columnista Daniel Arias se sintió impulsado a una breve respuesta:
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Si la PIAP, la Planta de Agua Pesada en Arroyito, a 55 kilómetros de la Ciudad de Neuquén -que el gobierno de Macri deliberadamente desmanteló- estuviera activa, no habría excedentes estivales de producción de gas.
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Se lo podría estoquear como amoníaco, que después se puede emplear en el proceso de enriquecimiento de agua pesada, que también es estoqueable y necesitaremos importar para reposición, o venderlo a la industria existente de fabricación de urea granulada en Bahía Blanca.
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Un tercer destino posible es un ducto de gas desde Añelo hacia el Polo Petroquímico de Bahía Blanca, donde con sólo volverlo polietileno de baja densidad adquiere un 200% de valor agregado.
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A Sapag, hombre de una provincia petrolera, sólo se le ocurren ideas de compraventa de gas crudo. Pero eso tiene el disvalor agregado de venderlo barato e importarlo caro, y de yapa a un comprador del cual somos cautivos por geografía: Chile.
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Incluso hay una cuarta opción: licuar aquí y venderlo desde el Atlántico como GNL. Pero no; es la mentalidad expresada en el plan de Aranguren, que sigue vigente sin Aranguren.
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