Esta semana -de lunes a jueves- se llevó a cabo el cese de comercialización dispuesto por una parte de la Mesa de Enlace que agrupa a las entidades de productores agropecuarios (la Federación Agraria Argentina dejó en libertad de acción a sus afiliados).
El hecho más importante de la medida fue lo que no ocurrió: no hubo los enfrentamientos ni las grandes movilizaciones que unos esperaban y otros temían (había de los dos grupos tanto en el gobierno como en los ruralistas). La imagen que quedó instalada es que hay un micro clima politizado que se expresa en declaraciones y en las redes sociales, pero que no expresa a la mayoría de la sociedad.
Por otra parte, las entidades que forman la Mesa de Enlace volvieron a reunirse, con la presencia de la FAA, y defendieron la medida de fuerza. Dijeron que tuvo su mayor reflejo en el bajo ingreso de hacienda al Mercado de Liniers.
Señalaron que «ha sido un modo de expresar el ahogo en el que estamos inmersos los productores agropecuarios”. Y destacaron «el compromiso de los productores con la paz social, al no haber protagonizado problemas en las rutas y solo haber transmitido “el mensaje de concientización acerca del riesgo que implica para todos los argentinos la creciente voracidad fiscal que atenta contra la producción y el desarrollo del país, tan necesario en este momento”.
Del otro lado, el ministro de Agricultura, Luis Basterra, afirmó que el cese de ventas de carne y granos convocado por la Mesa de Enlace “fue más una cuestión declamatoria que concreta”, y aseguró que el esquema de retenciones anunciado la semana pasada no se modifica.
“Lo de la Mesa de Enlace fue una medida sin impacto en el transporte, como en el ingreso a puertos, y en la negociación en los mercados de futuros y opciones. Y con un anticipo de los frigoríficos de comprar durante el fin de semana pasado, ante la incertidumbre de si les iban a parar la hacienda en el medio de la ruta”.
Y apuntó «un esquema tributario basado en la reducción del impuesto a las ganancias -la propuesta de la Mesa de Enlace- es más favorable para los grandes productores, pero iría en perjuicio de los pequeños, sobre los que el impuesto a las ganancias no tiene un peso tan fuerte. En cambio, se ven más favorecidos por una segmentación que les reduce una carga que recae sobre sus ingresos brutos, como son las retenciones».
Resumiendo: el gobierno y los ruralistas se mantienen en sus posiciones previas. Pero el mensaje conciliador de la Mesa se ratifica en el último párrafo de su comunicado: “Estos principios que nos caracterizan deben constituirse en la plataforma que proyecte la participación de todos los actores del gran entramado agropecuario. Pues para superar cualquier obstáculo es necesario el camino del diálogo sincero y franco y así poder construir una Argentina mejor para los próximos años”.
Las retenciones se mantendrán como estaban, pero se mantiene abierta la posibilidad de la negociación. Especialmente ahora, que los precios de la soja están en los niveles más bajos de los últimos años.