El Gobierno nacional ha apostado hasta último momento por llegar hoy, a las 18 hs., a tener para la aceptación de su oferta el mayor porcentaje de acreedores privados de la deuda a reestructurar.
Pero a esta altura la mayoría de los observadores, dentro y fuera del gobierno, evalúan que no se conseguirá el porcentaje necesario.
Desde un primer momento los diferentes grupos más importantes, por el monto de sus acreencias, de bonistas extranjeros se esforzaron en mostrar descontento con lo ofrecido y dijeron que no estaban dispuestos afirmar un acuerdo.
En el gobierno ya se acepta, en privado, que las negociaciones se estirarán hasta el 22 de mayo próximo, utilizando el tiempo de gracia establecido, una variable que, según los informantes, se baraja desde hace ya varios días en la Casa Rosada y en el Ministerio de Economía.El anuncio se produciría este fin de semana.
Se sabe que, del total de los tenedores locales, un 70% decidió entrar al canje, con lo que que el Gobierno se aseguró la aceptación por un sector que representa unos u$s 4.700millones, sobre un total de la deuda de u$s 6800 millones en manos con sedes locales.
Esto estaba dentro de lo esperado. Pero no cambia la ecuación. Los bonos «locales» representan solo el 10% del total de bonos en juego, por u$s 68.000 millones.
Para evitar el default el Gobierno necesitaría cerrar un acuerdo con los grupos de bonistas que cuentan con el 70% de los bonos. Según los números qie hoy Economía, se llegaría a un canje por el 40% los bonos.
Como una muestra de la buena voluntad que tendrá el Gobierno en busca de un arreglo, el ministro de Economía, Martín Guzmán, sostuvo que «estamos dispuestos a considerar cualquier combinación de reducción de intereses, reducción de capital, extensión y vencimiento del periodo de gracia que respete las limitaciones que definen lo que es sostenible».»Somos flexibles en términos de combinaciones de parámetros. La esencia es lasostenibilidad».
Hasta el momento la única contraoferta que llegó a las oficinas oficiales fue la del fondo BlackRock, pero el Gobierno entendió que se encuentra fuera de esos límites.
La deuda en juego en esta reestructuración, en la que se busca evitar caer en el noveno default de la historia argentina, suma unos u$s 66.500 millones. Es la que corresponde al sector privado y, de ese universo, a los tenedores de bonos bajo legislación extranjera.
La oferta que presentó la Argentina de la mano del ministro de Economía, MartínGuzmán, acompañado ese día desde Olivos por el presidente Alberto Fernández, porla vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner y gobernadores de la oposición, se resume en tres años de gracia (acortados desde los cuatro iniciales, según contó aBloomberg este miércoles), y un alivio de la deuda de un 5% en promedio en el capital y un 62% en los intereses.
Los u$s 66.500 millones surgen de sumar los 21 bonos que resultaron elegibles para este canje (de los 23 iniciales quedaron afuera los denominados en yenes).Para estos 21 títulos el Gobierno ofrece 10 nuevos bonos: 5 en dólares y 5 en euros, con vencimientos entre 2030 y 2047, en el de más largo plazo. Los interés que devengarán los títulos son de manera ascendente y comienzan en 0,5%en 2023, con un cupón promedio de en torno a 2,3%. El plazo formal para el acuerdo, hoy, 8 de mayo, aparece a esta altura descartado.