Según trascendió, el gobierno nacional restringirá fuertemente la circulación por 15 días en la Ciudad Autónoma y el Gran Buenos Aires, con el objetivo de amortiguar la propagación de los contagios de coronavirus. También se dijo que se mantendrán abiertos los negocios de cercanía.
«Los tres gobernantes (con responsabilidad en el AMBA) estamos de acuerdo», dijo ayer el presidente Alberto Fernández durante una reunión con editores de medios gráficos y audiovisuales, en referencia a sí mismo, al gobernador bonaerense, Axel Kicillof, y el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.
Sin duda, uno de los motivos de esta decisión, fueron los números de ayer: el Gobierno informó que 2.285 personas dieron positivo al test de Covid-19. En la provincia de Buenos Aires se registró un nuevo récord, con 1.334 contagiados. 759 en la C.A.B.A., con una población 5 veces menor. En todo el resto del país, 191 casos. Resulta evidente que el problema agudo se presenta en el AMBA.
El objetivo es tomar la medida «cuanto antes» y podría anunciarse mañana mismo, cuando Fernández, Kicillof y Larreta vuelvan a encontrarse para definir la próxima etapa. Todavía están en estudio qué actividades volverán a cerrar.
El Gobierno intenta que el freno a la circulación de personas distienda la situación de las salas de terapia intensiva, que, en los últimos días, mostraron un fuerte incremento de la ocupación. El aumento de casos tiene un correlato directo en la ocupación de camas de terapia intensiva. En ese contexto, Fernández quiere enviar con la medida un mensaje de advertencia a la población para que refuerce su aislamiento.
El endurecimiento acordado por los gobiernos nacional, porteño y bonaerense apunta a restringir al máximo la circulación de personas durante el plazo que dure la medida.
Y las personas autorizadas a trasladarse volverán a ser solo aquellas dedicadas a las tareas esenciales y a los comercios de cercanía de los barrios. La decisión implica un desafío para los controles gubernamentales, ya que la nueva etapa encuentra la cuarentena cerca de cumplir 100 días, con el inevitable cansancio social frente a las restricciones.
En opinión de AgendAR, el gobierno acierta al enfocar las restricciones en la circulación. La necesidad, el hartazgo y la irresponsabilidad, según los casos, hacen más difícil evitar que una parte de la población rompa el aislamiento, como ya dijimos. La circulación en vehículos puede controlarse mejor, y aún más el transporte público.